Escribe Carlos A. Bedoya

A pesar de que ya se vive una convivencia PPK-APRA expresada en el gabinete Araoz, que apunta a una súper convivencia con Fuerza Popular, la inestabilidad política va a continuar. No es fácil, ni para los que gobiernan, ni para los que mandan, lidiar con la crisis de modelo económico y de régimen político desatadas una vez terminado el boom de los metales, y tras la explosión del escándalo de corrupción que tiene a Ollanta Humala detenido, a Alejandro Toledo fugado, a Alan García y Keiko Fujimori investigados en la Fiscalía y hasta al actual presidente Pedro Pablo Kuczynski en la mira.

No solo necesitan otra primavera de la minería para que vuelva la plata en la lógica del modelo. La unidad en la acción política que está buscando el gobierno con las otras derechas tiene como eje común prioritario un pacto de impunidad, y como problemas el indulto a Alberto Fujimori y el pleito entre los hermanos Keiko y Kenji. Antes de que se produzca la súper convivencia se deben resolver todos estos temas.

Es obvio que la designación como presidente de la Comisión de Gracias Presidenciales de un desconocido nonagenario de profesión contador público, Orlando Franchini Orsi, que no trabaja hace décadas y que es solvente económicamente,  ha sido hecha para tener a un casi inimputable  como firmante de la recomendación de indulto de Fujimori. El Ministro Mendoza lo sacó de la manga entre sus allegados solo para tal fin. En cualquier sentido, todo está listo para que decidan qué hacer con el indulto.

Mientras eso se mueve en las alturas, la reconstrucción pos huaicos se entrega, mediante el mecanismo de Obras por Impuestos (OxI), a los bancos, a las mineras más grandes y a las empresas de telecomunicaciones. O sea a los principales contribuyentes en un contexto bastante complejo para la lucha contra la corrupción y de sinsabor para los damnificados que tras nueve meses de las avalanchas e inundaciones siguen esperando. Algunos ya empezaron a protestar.

A eso se suma que luego del voto de confianza a su gabinete, Mercedes Araoz va a pedir facultades legislativas tal como le han prometido todas las bancadas (excepto Frente Amplio y Nuevo Perú) para dar más paquetazos desreguladores en materia laboral y ambiental con el cuento de “apuntalar el crecimiento económico”. Es decir, más retos sociales aún, que se juntan con los del posible indulto y la reconstrucción que no llega. En un contexto de irrupción de masas que la huelga de los maestros ha mostrado como tendencia social, nos habla de condiciones para que surja un proyecto político alternativo para el país.

Es que la súper convivencia PPK-APRA-Fuerza Popular que se cocina, abona el terreno para construir una alternativa electoral y de gobierno. Y ahí las distintas izquierdas tienen una oportunidad.