El Decreto Legislativo 1305 plantea que el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN) retorne al Ministerio de Salud; sin embargo, el subgrupo de la Comisión de Constitución del Congreso aprobó el informe que recomienda derogar esta norma pues pondría en riesgo la estabilidad presupuestaria, económica y afectaría la atención de los pacientes.

Pero ¿Por qué es importante la autonomía del INEN? ¿Qué repercusión tiene este decreto?

Alexandro Saco, miembro de ForoSalud nos lo explicó detalladamente en una publicación anterior que reproduciremos aquí:

El INEN desarrolla una gestión y atención superior al promedio de los hospitales e institutos nacionales y cada vez absorbe más atenciones del SIS. Cuenta con un presupuesto institucional como pliego de 300 millones de soles, y en el propuesto 2017 de inversiones del MINSA se ha logrado garantizar los 280 millones de soles para la construcción de la TORRE ESPERANZA, el centro oncológico más moderno que el país tendrá.

La decisión de llevarlo al MINSA, que no puede gestionar adecuadamente los hospitales ni redes de Lima, es una medida que se debe analizar a la luz de ciertos intereses y de los recursos destinados al cáncer, siendo parte de la marcada desorientación de la gestión ministerial actual. La medida además no está autorizada en el campo de las Facultades Legislativas en las que se ampara.

Aspectos a considerar:

  1. La construcción y puesta en funcionamiento de la “Torre Oncológica Esperanza” que ya está aprobada en el prepuesto 2017 con 280 millones de soles, y que implica un avance sustancial para el sistema público de salud, que confronta intereses de las empresas que dan servicios y seguros oncológicos, ya que “compite” con ellas. Hay que tener en cuenta que antes en el INEN 80% eran ingresos privados, ahora 80% son del SIS. Ha habido procesos judiciales que han intentado impedir la construcción de la torre.
  2. Intereses regionales que se resisten a la expansión del INEN con sedes del INEN en Trujillo, Arequipa, Iquitos, Huancayo. Direcciones Regionales de Salud y empresas que prefieren negociar directamente y no tener que planificar con un órgano que conduzca la política oncológica nacional. (El caso de Arequipa fue evidencia de malos manejos entre Gobierno Regional y la empresa de servicios oncológicos).
  3. El Plan Esperanza y los 900 millones de soles que implican la totalidad de su alcance presupuestal que pasa por atención, prevención, presupuestos por resultados, coordinación con municipios, y que ha sido reconocido internacionalmente como un plan innovador. Ello hace que exista autoridad en oncología en ciernes a nivel nacional.
  4. Llevarlo al MINSA implica reburocratizar los procesos propios relacionados a la compra para el 2017 de 50 millones de soles en medicamentos, 33 millones en sueldos y 10 millones en investigación; así como paralizar en la práctica decisiones que deberán ser refrendadas o someterse a nuestros trámites legales, incluyendo la Torre Esperanza.
  5. Un aspecto más complejo, que no debe estar fuera del análisis, es el desarrollo de los ensayos clínicos para nuevos medicamentos oncológicos, que se hacen en el INEN y épocas anteriores fueron materia de cuestionamientos. En el caso de ESSALUD se ha avanzado en la conformación del IETSI (Instituto de Evaluación de Tecnologías en Salud e Investigación).