Por Alvaro Meneses
A pesar de la oposición del alcalde y los vecinos de San Isidro por las secuelas ecológicas en la zona, la Municipalidad de Lima, a través de la Empresa Municipal Administradora de Peaje de Lima (Emape), contrató a la compañía ‘Consorcio Vial Magdalena’ para la construcción de un tercer carril en la avenida Aramburú.
En la convocatoria de octubre del año pasado lanzada por la Municipalidad de Lima, la Emape otorgó la buena pro de la obra en San Isidro valorizada en 7,8 millones de soles al Consorcio Vial Magdalena a fines de diciembre.
Sin embargo, según el portal de la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat), el Consorcio Vial Magdalena está dado de baja definitiva desde el 16 de abril del 2015, cuyo último representante legal de la empresa fue Pedro Luis Diaz Toledo.
Además, fuentes de la comuna de San Isidro, que se oponen a la obra por la tala de más de 50 árboles y la destrucción de más de 2500 metros cuadrados de áreas verdes, afirman que con solo el 10% de los 7,8 millones de soles asignados se podría resolver la fluidez del tránsito en la zona.
“Le estamos demostrando con hechos técnicos que con solo el 10% de ese monto el problema puede atenderse, sin generar, dicho sea de paso, un atentado ecológico”, señaló Manuel Velarde, burgomaestre de San Isidro.
El artilugio legal
Para Pamela Peña, Gerente de Sostenibilidad de la Municipalidad de San Isidro, la comuna de Lima no ha cumplido con la normativa tras la falta de documentación requerida por la ley, refiriéndose al estudio de impacto ambiental.
“La ley dice que cualquier obra de inversión pública o privada tiene que contar previamente con la certificación ambiental (…) en el caso de esta obra, ya fue adjudicada y no cuenta con la certificación”, cuenta Pamela Peña.
Efectivamente, en noviembre del año pasado, el Servicio Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles (Senace) comunicó a la Municipalidad de San Isidro que en febrero de ese año se declaró improcedente la solicitud de calificación para la certificación ambiental de la obra.
Sin embargo, como as bajo la manga, la gestión a cargo de Luis Castañeda Lossio presentó el proyecto con el nombre modificado ‘Mejoramiento y rehabilitación de la avenida Aramburú’ al Ministerio de Transportes y Comunicaciones que terminó por aprobar la obra.
“¿Por qué cambia de nombre y se va al MTC con otro nombre?, porque el MTC tienen una resolución ministerial que establece que pueden presentar estudios de menor envergadura”, desenmaraña Peña sobre la medida de la Municipalidad de Lima para llevar a cabo la obra en las calles de San Isidro.