Redacción Wayka

De acuerdo al último reporte de la Defensoría del Pueblo, entre enero y julio de 2021, se registraron 3 mil 425 notas de alerta por desaparición de mujeres y niñas. Esto representa un aumento del 16% respecto al mismo periodo de tiempo del año anterior. Es decir, cada día desaparecen 16 niñas, adolescentes o mujeres. 

Para la Defensoría del Pueblo, estas cifras evidencian que la problemática se ha agravado. 

Sin embargo, no es posible determinar qué “factores están influyendo en el aumento de casos, pues la Policía no ha sincerado las cifras respecto de la cantidad de mujeres y niñas que han aparecido. Lo que dificulta conocer de forma detallada las particularidades de la problemática”, señaló Isabel Ortiz, comisionada de la Adjuntía para los Derechos de la Mujer de la Defensoría del Pueblo en conversación con Wayka.

Este vacío de información agrava aún más la situación de las mujeres y niñas, quienes están en situación de mayor vulnerabilidad a ser víctimas de desaparición. “Tenemos que considerarlas más vulnerables frente al resultado que conlleva la desaparición para ellas, pues suele vincularse los actos de desaparición con delitos como la trata de personas con fines de explotación sexual, feminicidio y violencia sexual”, enfatizó Ortiz.

Para Lisette Gamboa, integrante del equipo de Sexualidad y autonomía Física del Movimiento Manuela Ramos, la desaparición de niñas y mujeres debe tomarse como una de las tantas manifestaciones de violencia de género. “Lamentablemente vivimos en una sociedad machista, donde las mujeres, adolescentes y niñas son vistas como sujetas inferiores al hombre, que son propiedad de este o deben estar a la merced de lo que este necesite”, resaltó a este medio digital.

Acciones urgentes

Del total de notas de alerta por desaparición, 2 mil 182 corresponden a niñas y adolescentes y 1 243 a adultas. Las regiones con más denuncias fueron Lima (1299), Arequipa (180), Lambayeque (179), Callao (152) y Cusco (147). Debido a este contexto, la Defensoría del Pueblo considera que la desaparición de mujeres debe incluirse como una forma de violencia en la Ley n.° 30364. 

“Esto permitirá darle visibilidad y especializar los servicios de atención a las víctimas, además de formular e implementar políticas públicas y mecanismos de acción territoriales desde un enfoque interseccional”, enfatiza la institución en su informe.

Además, para atender adecuadamente las denuncias, la Defensoría resalta que es urgente capacitar al personal policial sobre el registro de información de denuncias y en el tratamiento de las mismas. Estas capacitaciones deben extenderse al personal de los Centros de Emergencia Mujer, Unidades de Protección y Línea 100. 

En la mayoría de los casos, son estos operadores de atención y justicia quienes ponen trabas al inicio de los procesos, opinó Sonia Paredes, directora de Incidencia de Amnistía Internacional Perú. 

“Nos encontramos con operadores de justicia que tienen una alta carga de discriminación hacia las mujeres, aún cuando muchos de ellos no sean conscientes. Eso se evidencia en la medida en que muchos de los efectivos policiales se niegan a tomar la denuncia y lo consideran más bien como un incidente que va a resolverse solo”, comentó Sonia Paredes a Wayka. 

“Muchas veces la búsqueda la tienen que asumir los propios familiares de las víctimas por la inacción de la policía en primera instancia. Lo que sucede después de encontrar a la mujer desaparecida, ya sea viva o muerta es un tema por atender”, agregó Lisset Gamboa, especialista del Movimiento Manuela Ramos.