Tras varios años de violencia en la República Democrática del Congo, millones de niños huérfanos se ven obligados a trabajar y a poner sus vidas en peligro. 

La violencia desatada en el Congo tras la demora de las elecciones, ha generado no sólo desplazamientos forzados, sino también que millones de niños queden huérfanos expuestos a trabajos forzados que atenten contra su salud y su vida.

Solo en el oeste y el centro de África, se registró que, desde 1994, más de 4 millones de niños han perdido a uno de sus padres a causa del conflicto.

Por otro lado, las Naciones Unidas sostienen que más de 26 millones de niños sufren la pérdida de uno de sus padres.

Asimismo, muchos de los niños que quedan huérfanos terminan reclutados por organizaciones armadas o por redes de trata de personas para la explotación sexual.

Además, también se han encontrado niños trabajando en las minas en condiciones precarias, lo cual pone en riesgo la salud del menor.