Minedu no incluye en el Programa Aprendo en Casa a estudiantes con discapacidad, pese a que representan el 52% de la población de alumnos con alguna necesidad educativa especial.
Según el Censo Escolar 2019, en nuestro país cerca de 90 mil estudiantes tienen alguna necesidad educativa especial. De ese total, el 52% son estudiantes con discapacidad intelectual, población que no es atendida por el sector Educación durante la emergencia por COVID-19.
“La pandemia ha comprobado que los estudiantes con discapacidad son los últimos en la política educativa del MINEDU, esto se evidencia en la falta de accesibilidad integral de las plataformas de educación virtual sumada a una deficiencia estructural en el funcionamiento y número de servicios de apoyo, lo que hace que “Aprendo en casa” sea insuficiente para los estudiantes con discapacidad”, sostiene Pamela Smith, directora de Sociedad y Discapacidad (Sodis).
“Urge que el Minedu conforme un sistema de apoyo a estudiantes y sus familias, y ponga a disposición recursos para los docentes a través de diferentes plataformas, a fin de asegurar que incluyan a los estudiantes con discapacidad en las clases a distancia”, dice Smith.
Joaquín, con Síndrome Down, tiene 11 años, pudo iniciar sus estudios a distancia con clases y materiales adaptados a sus capacidades. Su madre, Gissely Alvarado, señala que ella, sin ser docente, venía adaptando los materiales educativos de su hijo. “Recién ayer he logrado que sus maestras adapten materiales por cada curso. La emergencia sanitaria ha generado mayor distanciamiento entre el colegio y mi hijo, nos hemos dado cuenta que no estaba aprendiendo y que los materiales adaptados no eran los que él necesitaba de acuerdo a sus capacidades”, sostiene Gissely.
Joaquín tienen suerte de que su madre haya suplido la ausencia del Servicio de Asesoramiento y Atención a las Necesidades Educativas Especiales (SAANEE) durante la emergencia sanitaria, servicio que antes de la pandemia apenas lograba cubrir el 17% de escuelas regulares donde están matriculados niños, niñas y adolescentes con discapacidad.
Es urgente que el Ministerio de Educación revise la política de educación inclusiva que ha sido implementada hace más de una década. La pandemia ha evidenciado que las graves falencias con las que batallan los estudiantes con discapacidad, como la insuficiencia de equipos de apoyo, la falta de docentes capacitados y un presupuesto escaso. Solo de esta forma se podrá prevenir el atraso o abandono escolar, que acrecienta la brecha de inclusión de este sector poblacional.
Smith señala que el servicio educativo actual es incapaz de abastecer la demanda con los recursos y apoyos que se requieren. “Resulta necesario pensar en un rediseño de alternativas, en una re-estructuración del sistema educativo. Es también importante fiscalizar a la escuela privada. No podemos permitir que el aislamiento social profundice la brecha educativa”, finaliza.