Lima, la  segunda ciudad más grande del mundo situada en un desierto, sufre su más grave crisis de agua en décadas. Varios huaicos provenientes de los ríos Huaycoloro y Rímac han causado que la planta  de procesamiento de agua La Atarjea tenga serios problemas para abastecer de agua a la capital, impidiendo que este recurso llegue a más de 10 millones de personas.

Rudencino Vega, presidente de Sedapal declaró a los medios que lo máximo que puede almacenar La Atarjea como reserva de agua dura por 5 horas cuando antes eran 12, cantidad que se ve limitada por el crecimiento de la ciudad. Pero lo grave puede estar por venir, pues esta escases de agua puede agravarse en caso de que los relaves tóxicos almacenados en el cerro Tamboraque rebalsen y contaminen las aguas del río Rímac, cuenca que abastece a la ciudad, dejando a la capital sin agua de forma indefinida.

El ingeniero Oscar Cáceres López y especialista en el tema, anticipó en declaraciones para un medio local, que esta es una amenaza latente para la capital si se presentará un fuerte sismo de grado 7 o si las lluvias continúan aumentando su intensidad.

“Al producirse un deslizamiento a causa de lluvias o un fuerte sismo, se produciría un embalse que luego desfogaría y bajaría por todo el valle destruyendo 200 metros de ambas riberas, incluso La Atarjea, dejando a Lima sin agua potable por tiempo indefinido (…) como si se rajara la tierra, la pared del oeste del embalse que mira a la ciudad se abriría vertiendo en el lecho del río más de 400 millones de metros cúbicos de aguas y lodos tóxicos”

Sin embargo, el presidente de Sedapal descarta que los huaicos provoquen que los relaves de Tamboraque contaminen la cuenca del río Rímac y desabastezcan a la población de Lima en su totalidad. “En el tema de Tamboraque, si existiera un problema no afectaría para nada a Lima, a Sedapal, si hubiera más adelante (un rebalse del relave) solo afectaría a la presa de Yuracmayo, pero nosotros con el resto de lagunas y presas que tenemos es suficiente para atender a Lima”, declaró.

Marisa Glave, congresista por el Frente Amplio, inspeccionó Tamboraque con funcionarios del Gobierno Regional de Lima, Defensa Civil y la Autoridad Nacional del Agua, quienes coincidieron el río Rímac está expuesto a desechos tóxicos y que ante ello Sedapal no estaría en capacidad para descontaminar.

El peligro está avisado. Exijamos a las autoridades tomar medidas urgentes. Y seamos responsables con el agua, estos días más que nunca se ha demostrado lo importante que es este recurso.