Roxana Loarte
‘María’ es una niña de Huanta en Ayacucho que a los 12 años quedó embarazada producto de una violación. Nadie la orientó para acceder al aborto terapéutico ni recibió atención a tiempo. Su caso fue público en medios regionales en el mes de agosto, cuando ella ya se había convertido en madre. Su agresor Jhon Alfonso Auqui Palomino (21) permanece libre.
Otra niña en la misma región fue víctima de violación cuando regresaba a su casa en mayo de este año. ‘Rosa’ de 12 años también quedó embarazada. Sus familiares solicitaron el aborto terapéutico pero le negaron. Su cuerpo no resistió y ella tuvo un aborto espontáneo. Ahora ‘Rosa’ vive en un albergue y sus agresores afrontan un proceso penal en libertad.
Así como ellas, sus historias se repiten en otros casos de niñas forzadas a ser madres. De acuerdo al Registro del Certificado de Nacido Vivo en Línea del Ministerio de Salud (Minsa), 758 niñas entre 0 a 14 años son madres en lo que va de 2020 [actualización al 11 de octubre]. También genera preocupación que en el registro figuren 20 casos niñas menores de 10 años. Estas cifras alertan sobre la falta de prevención y protección a las menores de edad en una fecha donde se conmemora el Día Internacional de La Niña.
La región que más casos registra es Lima con 132, mientras que le sigue Loreto con 119 y San Martín con 61. Luego están Ucayali, Cajamarca, Junín, Huánuco y La Libertad.
El registro también muestra un incremento de casos reportados en los meses de agosto (133) y setiembre (130), los anteriores no superan los 80 nacimientos. Además en los primeros días de octubre ya figura un registro de 37 niñas que entraron en labor de parto.
Víctimas de violencia sexual
Las cifras del registro del Minsa no solo ponen en evidencia los números de casos de niñas forzadas a ser madres, también revela la violencia sexual de la que son víctimas. Como lo confirman las cifras del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) publicadas por el diario El Comercio, donde 15 932 casos de menores de 18 años fueron atendidos en los Centro de emergencia Mujer del Programa Nacional Aurora, entre niñas y adolescentes.
Solo en el contexto de pandemia entre el 16 de marzo y el 31 de agosto, el MIMP también registró cifras de 784 casos de violación sexual de niñas y adolescentes, según la Defensoría del Pueblo.
A esto se suma, las limitaciones que existen en los establecimientos de salud para garantizar la entrega de los kit de emergencia para casos de violación sexual y el acceso al aborto terapéutico. Como lo reveló Wayka en un informe, el Minsa registró la entrega de solo 250 kits de emergencia entre marzo a junio; es decir, que menos de la mitad de las víctimas de violación pudo acceder al kit durante esos meses.
Ante esta problemática, el 8 de octubre se realizó una audiencia temática «Violencia sexual, embarazos forzados y acceso a servicios de salud en el contexto de la pandemia del COVID-19» como parte del 177° Periodo de Sesiones Virtuales de la Comisión Internacional de Derechos Humanos (CIDH). Organizacones de la sociedad civil de Perú participaron de esta reunión para exponer la situación de las niñas forzadas a ser madres en nuestro país.
En la audiencia, la Comisionada Interamericana de Derechos Humanos de la CIDH, Julissa Mantilla, señaló que «los Estados deber ser conscientes de la responsabilidad que tienen en la prevención de la violencia sexual hacia las niñas. Si bien la pandemia no se podía prever, lo que si se podía haber previsto es la violencia sexual», como lo dio a conocer Wayka en una publicación.
La Defensoría del Pueblo también se ha pronunciado exhortando al Estado de implementar medidas de prevención para que los casos de niñas forzadas a ser madres sea erradicado de la sociedad. “Dos de los graves problemas que enfrentan las niñas y adolescentes son la violencia sexual y el embarazo por violación. El Estado peruano debe adoptar medidas para reforzar la implementación de estrategias efectivas que permitan la prevención de la violencia hacia ellas”, advirtió la adjunta para la Niñez y la Adolescencia, Matilde Cobeña.