La menor fue abusada y quedó embarazada a los 11 años pero no se le informó de su derecho al aborto terapéutico. Actualmente la niña se encuentra en estado de desprotección y vulnerabilidad junto a su hijo.
Una niña de 13 años y su hijo se encuentran en estado de desprotección en Apurímac, después de que la menor, sin más información, tuvo que continuar con un embarazo producto de una violación sexual.
La madre y la niña tuvieron conocimiento del embarazo cuando la menor, a quien llaman Killa por protección, tenía solo 2 meses. Inmediatamente fue trasladada al Centro de Salud de Marcona y, posteriormente, a la comisaría local y al Centro de Emergencia Mujer (CEM), para denunciar el abuso sexual. Sin embargo, en el CEM no fue informada sobre el aborto terapéutico, y, por el contrario, le dijeron que debía continuar con el embarazo.
“Lo que refiere la madre es que ella intenta de forma personal buscar especialistas que puedan interrumpir el embarazo de su hija, porque además presentaba amenaza de aborto. En Marcona, no encontró ayuda, viajó a Abancay, luego a Cusco, pero en ningún lugar le explicaron que la niña podía acceder aborto terapéutico”, comentá Nirvana Trocones, abogada de APRODEH que actualmente acompaña el caso.
Debido a esta presunta negligencia, la niña se vio obligada a continuar con el embarazo y a maternar. Sin embargo, dos años después de ocurridos los hechos, APRODEH denuncia que la niña y el menor se encuentran solos y sin apoyo.
“La niña atraviesa una situación muy crítica porque ella está en abandono por ambos padres. No tiene un apoyo ni una guía, a veces come, a veces no. Actualmente vive con su papá, pero él tiene un trato hostil con ella. A veces le da 3 soles para que prepare el almuerzo y la deja. Su madre tiene un nuevo compromiso y cuando hemos hablado con ella nos dice que su nueva pareja no se lleva bien con ella. Está en desprotección”, menciona la abogada.
“Actualmente queremos interceder para que la Unidad de Protección Especial (UPE) se haga cargo de la menor y del hijo, porque ella es una niña y no sabe cómo cuidarlo”, acotó.
Cabe señalar que la Unidad de Protección Especial es la dependencia del Ministerio de la Mujer encargada de brindar apoyo a niños, niñas y adolescentes que se encuentren en estado de abandono y desprotección.
Además, es importante mencionar que Killa es solo una de las 11 niñas que quedan embarazadas por día en el país, que se ve obligada a maternar. Según información compartida por el Fondo de Poblaciones de las Naciones Unidas (UNFPA), en un año, en promedio 1500 niñas de entre 10 a 14 años se convierten en madres en el Perú.
Aún se encuentra vulnerable
Según lo conversado con APRODEH, la menor fue convencida por su agresor de no denunciarlo. Debido a ello, tras continuar con el proceso legal, la niña denunció a un conocido suyo, también menor de edad. Sin embargo, tras el nacimiento de su hijo, se realizó una prueba de ADN con el que se descartó al denunciado, y posteriormente archivaron el caso.
“La niña fue seducida por este tipo, él empezó a publicar en redes sociales mensajes para manipularla e incluso intentó hacer una vida de pareja con la menor. Tras dos meses de esa situación, él y su abogado convencieron a la madre de llegar a un acuerdo y firmaron un documento notariado en el que él se comprometía a realizar depósitos mensuales de aproximadamente 300 soles, como si estuviera pagando una deuda. Pero eso era para la pensión del niño”, asegura Trocones.
Según lo mencionado por la madre al equipo legal, este pago se realizó por dos meses, pero luego, el presunto agresor dejó de enviar el dinero, y perdió el contacto con la menor, sin embargo, aún existe riesgo de que la niña sea revictimizada.
“Tenemos el temor que el agresor la busque, porque ella ha sido seducida por él y se encuentra vulnerable, al estar sola con su hijo y no tener ninguna red de apoyo, podría regresar con él”, mencionan desde la Asociación Pro Derechos Humanos.