Tai Loy: Trabajadores persiguieron a clienta y su hijo de 8 años acusándola de ladrona sin tener pruebas
Redacción Wayka
Dos trabajadores del local Tai Loy ubicado en el distrito de Barranco son denunciados por perseguir por más de 600 metros a una clienta acusándola de ladrona sin tener pruebas. La agraviada se encontraba con su hijo de ocho años, quien continúa asustado por la persecución y la posterior detención de su madre en la comisaría del distrito.
Los hechos ocurrieron el pasado 4 de julio. Al promediar las 6 de la tarde, Luisa M. (se mantendrán en reserva por seguridad sus nombres completos), había ido a comprar un paquete de plastilinas para su hijo. Cuando se retiraba de la tienda, las barras de seguridad en la entrada del local sonaron, por lo que el personal de Tai Loy le impidió la salida.
Según la versión de Luis M., hermano de la agraviada, detalló que los trabajadores Leydi Fernández y Eduardo Farfán la acusaban de robar un artículo con un valor mayor a 50 soles. Sin embargo, -narra- su hermana no tenía ningún bolso, solo llevaba una chaqueta y tenía el comprobante de pago de la plastilina.

Luisa M. decidió retirarse del local, sobre todo al notar que su hijo estaba asustado con la situación generada. Al salir, los trabajadores la persiguieron desde avenida Grau hasta el parque Antonio Raimondi, unas 10 cuadras, mientras le gritaban ladrona y pedían a los transeúntes que la detuvieran.
Al llegar al parque, los trabajadores llamaron a la policía de Barranco. Unos seis agentes policiales llegaron a la zona. En un video entregado por la familia a Wayka, se aprecia cómo los policías rodean a la agraviada y le exigen acudir a la comisaría del distrito para registrar sus pertenencias.
Abuso policial
Luis M. también denuncia otras actuaciones que le parecen irregulares por parte de la policía. Indicó que su hermana fue acosada sexualmente por los agentes dentro del patrullero y que incluso la obligaron a desvestirse para “verificar” si se había robado algo. Cabe resaltar que, según el acta de intervención policial, no se encontró ningún artículo robado.
El artículo 210 del Código Procesal Penal enfatiza que el registro personal “se efectuará respetando la dignidad y, dentro de los límites posibles, el pudor de la persona” y que, en el caso de mujeres, estas revisiones deben ser realizadas por personal femenino. Además, la persona intervenida tiene derecho a que una persona de confianza participe en la revisión.

Consultada por un presunto acoso sexual a la intervenida, la abogada Brenda Álvarez, especialista en derecho constitucional de la organización Justicia Verde, detalló que el desnudo forzado en las acciones de registro realizadas también son una forma de violencia sexual.
“Bajo el paraguas de ‘registro personal’ no puede considerarse legítima la violencia sexual, y mucho menos cuando existen formas menos invasivas y proporcionales para llevarlas a cabo”, enfatizó Álvarez.
La familia de la agraviada también señaló que fue una mujer policía quien realizó la revisión; sin embargo, fue hecha en contra de su voluntad y sin presencia de su familia. Luisa estuvo tres horas incomunicada y su hermano no pudo verla, tuvo que quedarse fuera de las instalaciones.
“La policía tiene la obligación de brindar información sobre el estado de las personas retenidas. Vemos que aún encontrándose la familia en el lugar de retención no se les permitió participar del registro personal”, alerta Álvarez.
El Ministerio del Interior informó que se comunicaron con Luisa M. para recoger detalles sobre lo ocurrido con el personal de Tai Loy, pero no mencionan qué diligencias se harán respecto a los abusos policiales denunciados por la familia.
Denuncian racismo
ras difundirse el caso en redes sociales, ciudadanas y ciudadanos convocaron a un plantón frente al local de Tai Loy para mostrar su rechazo ante el actuar de los trabajadores y visibilizar el trasfondo racista que habría desencadenado la hostilidad en el local comercial y en la institución policial contra Luisa M., ciudadana afroperuana.
Ana Lucía Mosquera, investigadora especializada en temas de comunicación intercultural, diversidad, género y no discriminación, explica que a partir del testimonio de Luisa M., “podemos ver que se le apunta como sospechosa por la manera en la que se ve y por el color de su piel. A pesar de que ella había enseñado su recibo se le pide revisar sus pertenencias”.
“Eso es una acción de perfil racial y no se trata de algo aislado, sino de hechos que suceden de manera sistemática, especialmente hacia las personas afrodescendientes, que son vistas como sospechosas y asociadas a actos delictivos. Esto está relacionado con estereotipos que son ampliamente compartidos por una gran parte de la población”, señala Mosquera.
El Ministerio de Cultura, a través de Alerta contra el Racismo, ha emitido informan que realizan el seguimiento respectivo con Indecopi y la policía para el esclarecimiento de la denuncia y, de ser el caso, iniciar las acciones para la sanción correspondiente por discriminación.
Por su parte, Tai Loy publicó un comunicado en el que señalan estar en contra de todo tipo de discriminación y señalan que el personal actuó “en cumplimiento de nuestros procedimientos”. No expresan ningún comentario hacia la clienta aún cuando quedó probado que no robó.
Para Mosquera, el comunicado de la empresa da prioridad al “mantenimiento del prestigio y no se ve en ninguna parte del comunicado una preocupación genuina por la salud emocional y la estabilidad de la persona afectada. En todo el comunicado están diciendo que no tienen ninguna intención de hacer que esos hechos se esclarezcan”.
La familia de Luisa M. señaló a Wayka que están evaluando tomar acciones legales contra Tai Loy por maltrato y discriminación. Según el hermano, la gerencia de la tienda se negó a conciliar porque “habían hecho la denuncia por redes sociales”. Wayka intentó comunicarse con Tai Loy, pero hasta el cierre de la nota no se obtuvo respuesta.