De los 20 métodos anticonceptivos considerados por la Organización Mundial de la Salud, solo dos de ellos están dirigidos a los hombres: el condón y la vasectomía.
El condón masculino es el segundo anticonceptivo más usado en el país, pero no es necesariamente el más seguro cuando de evitar embarazos se trata. A diferencia del condón, la vasectomía sí ofrece un mayor campo de protección, su eficacia es del 99%.
La vasectomía es una cirugía que consiste en cortar o bloquear los conductos (conductos deferentes) que transportan el esperma. Así, los espermatozoides se quedan dentro de los testículos y ya no salen durante la eyaculación.
Tradicionalmente, los usuarios debían ingresar a la sala de operaciones para realizarse la vasectomía, pero en 1974 surgió la vasectomía sin bisturí, una técnica sencilla que no dura más de 20 minutos y que se puede practicar en el mismo consultorio médico. Esta técnica se popularizó recién en 1985.
La vasectomía sin bisturí consiste en aplicar anestesia local en la zona ubicada entre los testículos y el pene, donde se hace una pequeña incisión y con una pinza se ligan los conductos por donde pasan los espermatozoides. La intervención no presenta mayores complicaciones para el usuario, luego de la cirugía solo deberá guardar breve reposo y podrá continuar con sus actividades diarias.
Los únicos requisitos para realizarla son: ser mayor de edad, pasar una evaluación médica previa para saber si el paciente no presenta complicaciones de salud y estar seguro de no querer tener hijos. La vasectomía está pensada de modo que sea irreversible, aunque de querer revertir el proceso, el paciente deberá someterse a una cirugía para volver a conectar los conductos deferentes. La probabilidad de éxito en la cirugía de reversión depende del tiempo que haya transcurrido desde la vasectomía, conforme pasen más años, hay menos posibilidad de recuperar la fertilidad.
En Perú esta técnica está disponible gratuitamente en más de 200 hospitales a nivel nacional.
Para las mujeres hay una opción anticonceptiva similar: la ligadura de trompas, que es tres veces más riesgosa -las usuarias deben ingresar a sala de operaciones y someterse a cirugía- y puede llegar a ser hasta cuatro veces más costosa que la vasectomía. A pesar de estos factores, la diferencia en el número de las vasectomías y ligaduras realizadas es abismal.
En 2018, solo 556 peruanos en todo el país se practicaron una vasectomía, en contraste, se realizaron 10 mil 524 ligaduras de trompas. Las cifras evidencian que la esterilización como método anticonceptivo es una opción bastante considerada entre las parejas y personas sexualmente activas; aunque, al final, son los hombres quienes menos recurren a ella.
Hay pocos hombres están dispuestos a realizarse una vasectomía. Muchos creen que se volverán impotentes, no tendrán relaciones sexuales placenteras o se les anulará el deseo sexual.
Todo eso es falso, pues la vasectomía es un procedimiento médico que no cambia, interfiere o altera las relaciones de ninguna persona y no tiene ningún tipo de efecto en la calidad de los deseos o relaciones sexuales de los hombres, ni produce cáncer de próstata, la Asociación Americana de Urología desmintió que la vasectomía sea un factor de riesgo.
Tampoco interfiere con la producción de semen. El semen es un fluido producido por diferentes órganos masculinos como la próstata y los testículos, los espermatozoides conforman solo el 1% del semen. La vasectomía lo único que hace es interrumpir el paso de los espermatozoides para que no salgan en el semen durante la eyaculación.
Un informe sobre esterilización anticonceptiva elaborado por Engender, organización británica dedicada a la salud sexual, señala que la toma de decisiones en materia de métodos anticonceptivos, se ve profundamente afectada por las relaciones culturales, religiosas y de género.
Estas concepciones sociales, culturales y religiosas suelen tener dos efectos: refuerzan la idea de que las mujeres son las principales responsables en la anticoncepción o limitan tanto a hombres como a mujeres a que usen algún método anticonceptivo con libertad. No sorprende entonces que el 60% de embarazos en Perú sean no planificados.
Los mitos y creencias erradas conforman solo una de las aristas que influyen al momento en que un hombre decide si optar o no por una vasectomía, pero no es la única razón. El Estado cumple un rol fundamental en este aspecto, su deber es garantizar que todas las peruanas y peruanos accedan a métodos anticonceptivos; sin embargo, esto no siempre se cumple.