Las instalaciones del Instituto Nacional de Estadística e Informática se vieron rodeadas por un grupo de indignadas mujeres que protestó por más de tres horas exigiendo la renuncia inmediata del actual jefe del INEI Aníbal Sánchez tras las graves denuncias de mujeres violadas, golpeadas y acosadas durante el Censo 2017. Wayka acompañó la manifestación.

Por: Juan Zapata

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Tras la denuncia de violación por parte de una empadronadora, se convocó a un plantón frente al INEI por su nula responsabilidad social de haber tomado precauciones. Además, el hermano de la víctima aseguró que un supervisor de la institución encargada del Censo 2017, le ofreció 1000 soles para no hacer el caso público.

 

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“Rompemos el silencio, no tenemos miedo”, era una de las arengas que decenas de mujeres indignadas y hartas de la violencia gritaban frente al INEI esperando que algún representante converse con ellas sobre el tema. Tras 3 horas de plantón, no salió nadie.

 

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Exigieron justicia y sanción al violador, Marco Antonio Luza, quien hoy tiene 6 meses de prisión preventiva mientras duran las investigaciones por la violación a la empadronadora del INEI.

 

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Maria Ysabel Cedano comentó en el plantón que lamentablemente confiaron en el INEI y en sus capacitaciones creyendo que tomarían las medidas para proteger a todos sus empadronadores. Sin embargo, aseguró que hoy las mujeres están más organizadas que nunca y no van a parar hasta encontrar justicia y que Anibal Sánchez, jefe de la institución, renuncie a su cargo.

 

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Algunos funcionarios del INEI observaban desde las ventanas el plantón. Algunos se reían y eran encarados por las mujeres.

 

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Tres horas duró el plantón frente al INEI. Ningún representante tuvo el valor de salir a hablar con las mujeres y mejorar la desastrosa imagen de la institución tras el fracaso del censo 2017.

 

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“No me tocas”, una de las frases en las pancartas en el plantón frente al INEI.

 

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“Las violaciones no se ocultan, las violaciones se denuncian”, fue una de las arengas más gritadas en el plantón.

 

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Gracias a la organización de las mujeres y de la fuerza de las redes sociales, casos como este y como el de Micaela de Osma han encontrado justicia en poco tiempo. Pero, ¿no debería el Poder Judicial funcionar del mismo modo con casos que no tienen la presión de estos? Hay innumerables casos de violaciones cuyas víctimas aún esperan ver en la cárcel a sus victimarios.