Por Álvaro Meneses

Los defensores ambientales siguen en peligro. El pasado sábado 25 de setiembre, en la provincia Padre Abad del departamento de Ucayali, atacaron con machetes a Merino Odicio Huayta, indígena kakataibo de la comunidad nativa de Mariscal Cáceres que dedica su vida a la defensa de los bosques y enfrenta la deforestación y el sembrío ilegal de hoja de coca para el narcotráfico.

En el camino hacia su comunidad, Merino Odicio fue interceptado el último sábado por tres sujetos no identificados y encapuchados que le golpearon y atacaron con machetes, dejándole cortes en las piernas, brazos y una oreja casi desmembrada. Horas después, Merino fue encontrado herido en el suelo y trasladado a la posta médica de Aguaytía.

El reciente ataque contra Merino Odicio no es arbitrario ni repentino. El indígena kakataibo fue presidente de Seguridad Ciudadana de su comunidad en 2015 y actualmente es monitor comunitario contra la deforestación de los bosques en Ucayali. Merino, además, es tío del dirigente indígena Herlin Odicio, quien recientemente denunció amenazas de muerte en su contra.

Los bosques donde vive Merino, desde hace unos años, están en la mira de los sembradores de hoja de coca que forman parte de la cadena de producción del narcotráfico. Frente a ese problema, su comunidad firmó un convenio con el Proyecto Especial CORAH dedicado a reducir los espacios cocaleros ilegales. El Gobierno, por su lado, implementó un protocolo para atender a defensores ambientales en peligro y un registro de estos casos.

Las medidas tomadas, sin embargo, no han frenado los ataques contra las personas dedicadas a defender los bosques y los pueblos indígenas. Desde que empezó la pandemia por covid-19, a inicios del 2020, 6 defensores ambientales fueron asesinados: Arbildo Meléndez, Gonzalo Pío Flores, Santiago Vega Chota, Lorenzo Caminti, Roberto Carlos Pacheco y Jorge Muñoz Saavedra.

Al respecto, el abogado del Instituto de Defensa Legal (IDL), Alvaro Másquez Salvador, explica: “Los conflictos sociales en la región amazónica tienen que ver con el control de los recursos naturales que quieren ser utilizados por economías legales e ilegales que están dentro de territorios indígenas, como la palma aceitera, el narcotráfico, la hoja de coca y la madera. Hay una situación general de impunidad en la Amazonía. En ningún caso de amenazas, agresiones y asesinatos, se cuenta con responsables”.

Alvaro Másquez Salvador, abogado del Instituto de Defensa Legal (IDL).

El pueblo indígena kakataibo, en total, ha perdido hasta a cuatro líderes. Además de Arbildo Meléndez y Santiago Vega, en los años anteriores fueron asesinados Herasmo García y Yenes Ríos. A la par, por lo menos otros ocho indígenas kakataibo han recibido amenazas de muerte.  

Frente al reciente ataque contra el indígena kakataibo, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos condenó los hechos y anunció que inició las coordinaciones con la Policía Nacional y la subprefectura de Ucayali para dar con los autores de la agresión y garantizar la seguridad de la comunidad nativa Mariscal Cáceres. “Seguiremos impulsando acciones frente a estos hechos conjuntamente con el Ministerio del Interior y Cultura”, comunicó el Minjusdh.

Hasta el cierre de esta nota, Wayka pudo conocer que agentes del Ministerio Público y la Policía Nacional se pusieron en contacto con el agredido Merino Odicio, quien se encuentra estable y en observación médica. La Defensoría del Pueblo, por su parte, solicitó al Ministerio del Interior adoptar acciones para garantizar su vida y la integridad de su familia y comunidad.

“En la práctica se pudo evidenciar que no tenía la efectividad que se había esperado porque sencillamente no podían obligar a nadie a hacer nada. En abril de este año se aprobó un mecanismo intersectorial. Establecían obligaciones directas. En la práctica todavía no encontramos el nivel de atención inmediata”, explica Másquez Salvador, del IDL.