La semana pasada la Comisión de Constitución del Congreso archivó el Proyecto de Ley que planteaba la despenalización del aborto por violación, con argumentos religiosos, en un Estado que debe ser laico. Pero no es lo único. El Estado Peruano también acaba de ser demandado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos por no distribuir el Anticonceptivo Oral de Emergencia (AOE) en hospitales públicos. Finalmente, este jueves 12 se debatirá en el Congreso el nuevo Código Penal, el mismo que, en el extremo del absurdo, estaría penalizando con trabajo comunitario a las mujeres víctimas de violación sexual que decidan abortar. El panorama político no es muy prometedor para los próximos años pues ninguno de los dos candidatos que participa en la segunda vuelta presidencial hace mención explícita en sus planes de gobierno a la distribución gratuita del AOE y mucho menos a la despenalización del aborto por violación. Solo algunos pocos congresistas electos de oposición están dispuestos a intentar poner el tema en agenda el próximo lustro, y por lo visto, será difícil.
Estar a favor de la libertad de elección de una mujer sobre su cuerpo, más aún en una situación de violencia recibida o en el que corra riesgo su vida, es reafirmar los derechos y la dignidad de las miles de las mujeres violentadas, sobre todo, en un país que contempla la mayor tasa de denuncias por violación sexual en América del Sur. Un país en el que 1 de cada 5 mujeres menores de edad ha sido violada por alguien cercano a su entorno familiar y en el que el 38% de mujeres mayores fueron agredidas física o sexualmente por su pareja.
Un país que presenta un aproximado de 100 mil* casos anuales de embarazos producto de una violación, y en el que, según el Ministerio de la Mujer, el 34% de niñas de entre 10 y 19 años, ha quedado embarazada producto de una violación sexual.
Y así, nuestro país sigue sumamente atrasado en derechos sexuales y reproductivos. Y el pleno derecho de una mujer a decidir qué hacer con su cuerpo en un caso de violencia sexual, es uno de ellos. Y el Estado debe proporcionarle todas las garantías para con su vida sea cual fuere su decisión.
Hey tú, opinólogo, ¿dirías lo mismo si fueras violado y quedases embarazado?
*Correlación de datos de la OMS y el Fondo de Poblaciones de las Naciones Unidas