Redacción WaykaA
En una de sus principales conclusiones del informe de la Cepal de 2018, La Economía del Cambio Climático en América Latina y el Caribe. Una visión gráfica, se plantea que la región de América Latina contribuye con menos del 10% del total global de emisiones de gases de efecto invernadero; muy a pesar de esto, es una de las más vulnerables en el mundo.
Se dice, además, que la región solo cuenta con el 23% de bosques en el mundo; también, que el 57% de los bosques primarios de todo el planeta se encuentran allí y solo se tienen bajo protección el 26%.
La región latinoamericana perdió 96 millones de hectáreas, en los últimos 15 años. Esto como consecuencia de la creciente extracción de madera, la variabilidad climática y los desastres naturales, el incremento de la infraestructura vial, la mayor demanda de leña, la conversión de tierras forestales para uso agrícola, el crecimiento demográfico y el aumento de la densidad poblacional, los incentivos económicos incorrectos y la debilidad de las instituciones.
La deforestación en ciertas regiones, entre ellas Latinoamérica, sigue avanzando. En el reporte se alerta que “aunque muchos países están adoptando medidas para incrementar su cubierta forestal, ello se está logrando principalmente por medio de plantaciones y de la reforestación, que quizá no aportan la misma variedad de servicios ecosistémicos que los bosques naturales”.
Los bosques en desaparición
Según informes de Mongabay Latam, algunos de los países que registran el mayor cambio de uso de suelo en América Latina son Colombia, Ecuador y Chile.
Agregan, además, que la deforestación se ha convertido en una “herramienta” para cambiar los suelos de vocación forestal a pastos para ganadería, a grandes extensiones agrícolas, e incluso simplemente como un mecanismo para la apropiación y acaparamiento de tierras. La tala y quema de bosques son prácticas ya comunes en muchos países.
También la mano humana está relacionada con eventos naturales más intensos como huracanes y tormentas tropicales. Un estudio reciente publicado en Nature Communications mostró los efectos del devastador huracán María, que ocurrió en 2017, sobre los bosques tropicales secundarios de Puerto Rico.
Y es que el calentamiento global produce también un calentamiento de las aguas superficiales de los océanos que, al aportar más calor, influye en la aparición de ciclones y huracanes con mayor cantidad de lluvias y vientos más fuertes.
La amenaza del cambio climático
El cambio climático es una de las mayores amenazas para el desarrollo sostenible en el 2019, así lo afirmó las Naciones Unidas. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), si los efectos de esta problemática mundial alcanzan los 2°C, el planeta podría afrontar consecuencias nefastas. Esto lo menciona en su último informe publicado a fines de 2018. Por eso, se replanteó la meta de no sobrepasar los 1,5 °C de temperatura.
El informe sugiere que para lograr ese objetivo, se necesitan cambios en el uso de la tierra, la energía, la industria, los edificios, el transporte y las ciudades. Además de reducir para el 2030, los niveles de emisión de dióxido de carbono (CO2) de origen humano en un 45%, respecto de 2010. Y llegar al 2050 con un “cero neto” de reducción.
Por eso, en este día de la Tierra, es necesario reflexionar que los bosques necesitan especial atención. No solo son el hogar de cientos de especies sino que son vitales para mantener el clima de este planeta, capturar agua y regular la temperatura.