Estudio revela que los peruanos poseen problemas de nutrición por dieta alta en carbohidratos y deficiente en proteínas, según los estándares establecidos por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.

El Perú enfrenta una triple carga de malnutrición: desnutrición, anemia y obesidad, revela un artículo en la Revista Agraria. Esto debido a que el sistema alimentario de los peruanos está marcado por una dieta con alta dependencia de carbohidratos, lo que no proporciona una dieta balanceada y nutritiva.

Según un análisis de las hojas de balance de alimentos de la FAO, realizado por el ingeniero nutricional Javier Aponte, en el 2022, la dieta peruana posee como fuente principal de energía los carbohidratos y grasas (66 % y 22 %, respectivamente), con el aporte del 12,55% de proteínas. Esto representa un consumo de carbohidratos excesivo a los límites recomendados por la OMS (55-60 % de carbohidratos, 25-30 % de grasas y 10-15 % de proteínas), lo que evidencia una dieta desequilibrada. 

Aunque estas cifras son mejores a las del año 2000 (72% de carbohidratos, 17% de grasas y 11% de proteínas), este avance no se tradujo en un acceso equitativo a los alimentos: en 2022, el 36.2 % de la población enfrentaba un déficit calórico. Este problema fue más evidente en regiones como la sierra y la costa, donde el acceso desigual a una dieta adecuada sigue siendo un desafío.

Desnutrición

En 2022, el 36,2 % de los peruanos no logró cubrir sus necesidades mínimas energéticas diarias, un aumento significativo respecto al 26,3 % registrado en 2007. La desnutrición calórica afecta de forma desigual a las regiones, siendo más grave en la sierra (38,1 %), seguida de la costa (36,9 %) y la selva (28,3 %). Aunque la desnutrición infantil ha disminuido, aún persiste en ciertas poblaciones vulnerables, afectando al 0,5 % de los niños menores de 5 años.

Obesidad 

La obesidad se ha convertido en un problema creciente. Entre 2000 y 2022, su prevalencia casi se triplicó, pasando del 12,1 % al 27,3 %, situando al Perú por encima del promedio mundial del 15,8 %. Este incremento refleja cambios en los hábitos alimenticios y un estilo de vida más sedentario, lo que aumenta el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes y afecciones cardiovasculares.

Anemia

Finalmente, la anemia sigue siendo un problema persistente, especialmente entre las mujeres en edad fértil. En 2022, el 20,6 % de esta población enfrentó esta condición, con mayor incidencia en las zonas rurales (21,8 %). La deficiencia de hierro, un micronutriente esencial, sigue siendo una barrera para mejorar la salud materna e infantil, reflejando además una brecha de género en el acceso a alimentos nutritivos.

Esta sería una de las causas por las que Perú es el país con mayor inseguridad alimentaria en América del Sur. Según el informe de la FAO 2024, 51.7% de la población peruana padece de inseguridad alimentaria moderada o severa. Es decir,  17.6 millones de personas. La inseguridad alimentaria implica el no acceso a  alimentos suficientes y nutritivos para llevar una vida activa y saludable.