Por Juan Zapata
Johan Escalante y Pold Gastello son dos actores, venezolano y peruano respectivamente, que vienen subiendo a los buses de Lima protagonizando una escena de xenofobia con el fin de concientizar sobre este problema al ver la reacciones de las personas cuando un peruano discrimina a un extranjero solo por su nacionalidad a la hora de buscar la forma de sobrevivir en esta ciudad.
Durante la escena, Johan, quien llegó hace 4 años a Perú desde Venezuela y tuvo que subir a los buses a cantar para poder ganar el dinero suficiente con el que pueda sobrevivir al día a día, vuelve a ponerse en el personaje que era cuando llegó a Lima. Canta ‘El fin de los tiempos’ del grupo Amén a cada bus al que sube, acompañado de Pold Gastello y un equipo conformado por un policía de civil y una integrante del teatro La Plaza quien al final de la escena reparte stickers con el texto #TodosSomosMigrantes agradeciendo a cada una de las personas que participaron de la escena sin darse cuenta de las cámaras.
Mientras Johan canta, Pold se empieza a quejar del sol y del cansancio por trabajar al ver que el venezolano empieza a “incomodarlo”. En ese momento, la gente de los buses empieza a mirarlo con indignación hasta que Johan empieza discutir con Pold contándole que solo sube a los buses a buscarse la vida, que le ha pedido permiso al chofer del bus para poder hacerlo y que de ninguna forma le está haciendo daño a él cantando una canción. En este momento la gente empieza a decirle que no le haga caso y que siga cantando mientras Pold se sigue quejando de que los venezolanos son delincuentes y que la empresa por cada peruano despedido, contrata hasta tres del país vecino.
Aquí es cuando Johan pide disculpas por el momento incómodo y le explica a Pold que ha llegado caminando 5 mil kilómetros desde Venezuela, que tiene familia y que tiene que trabajar como lo hace para que ellos sobrevivan. Le pregunta a Pold si tiene familia pero él ya no quiere responder. Johan agradece a las personas que lo apoyaron pero que es necesaria esta discusión para que la gente se dé cuenta que no todos los venezolanos son delincuentes, que en el Perú también existe la delincuencia como en Venezuela y en todos los lugares del mundo porque las personas buenas y malas están en todas partes.
Pold se para de su sitio y le explica al público testigo de la escena que solo es una de de tantas escenas que se repiten en los buses de Lima cuando un venezolano, y en general los extranjeros, se suben a los buses para pedir la colaboración de los pasajeros a cambio de una canción o algún producto golosinario y un peruano les reclama su fastidio sobre lo que hacen solo por no ser del este país. La gente agradece por la escena y hasta algunos intentan colaborar con una moneda pero les explican que solo es una escena para generar conciencia.
Les preguntamos a ambos actores sobre las reacciones de las personas en lo que van haciendo esta escena y nos contaron que al verla, casi el 95% tiene una reacción contra la xenofobia del peruano y de ese porcentaje, más de la mitad de las personas que reaccionan indignándose son las mujeres. Esto deja caer algunas preguntas: ¿Por qué en las redes sociales la xenofobia es más alta que en las calles? ¿Será por el anonimato? Para reflexionar.