Redacción Wayka

Al menos 400 personas fallecidas por COVID-19 fueron enterradas en fosas comunes de Loreto con el aval de las autoridades regionales y sin el consentimiento de las familias. Según una investigación realizada por la agencia de noticias AP, este es el primer caso conocido en Latinoamérica donde las autoridades ocultan cuerpos de fallecidos por covid sin explicar por qué lo hacen de forma clandestina.

Loreto ha sido una de las regiones más golpeada por la pandemia. Solo en Iquitos han muerto unas 3200 personas infectadas de COVID-19. En mayo de 2020, Carlos Calampa, director regional de salud de dicha región, declaró que debido a la gran cantidad de muertes, se estaban habilitando fosas comunes para las familias con escasos recursos económicos.

La investigación de la agencia de noticias revela que, efectivamente, estas fosas comunes existen. Están ubicadas en el cementerio de San Juan a 18 kilómetros de la ciudad de Iquitos. Sin embargo, los cuerpos fueron enterrados a espaldas de las familias quienes hasta ahora no saben en qué parte del pampón se encuentran sus seres queridos. No hay ninguna lápida que señale sus nombres.

Trabajadores del cementerio San Juan confirmaron que se enterraron entre 30 y 50 cuerpos diarios. «Los muertos iban en bolsas negras», detalló Hugo Torres, guardia del cementerio. Además, agregó que se enterraron hasta tres cuerpos por fosa y que incluso se llevó una cavadora para hacer fosas más profundas, debido a que la cantidad de muertos aumentaba.

El ciudadano loretano Joaquín García testificó que su padre estaba enterrado en una de esas fosas comunes. Según relata, inicialmente le dijeron que su padre estaba en el lugar marcado como D24, para días después decirle que estaba en el D22. Así como él, son cientos las personas que han tenido que colocar al azar cruces en algún lugar del campo del cementerio sin la certeza de que efectivamente ahí estén enterrados sus familiares.

En junio del año pasado, Elisban Ochoa, gobernador regional de Loreto, aseguró al Congreso que realizarían la exhumación de cuerpos para identificarlos. Pero, hasta la fecha, esta promesa no ha sido cumplida. Las familias continúan viviendo su luto sin conocer el paradero de sus seres queridos.