El Vaticano habría recibido a los activistas de la extrema derecha peruana Giuliana Caccia Arana y Sebastián Blanco Eguiluz, quienes tienen claros vínculos con el Sodalicio de Vida Cristiana (SVC), una organización religiosa investigada por una serie de abusos sexuales, psicológicos y físicos contra sus miembros.

Según estos personajes que tienen afinidad con el fascismo y la extrema derecha, el Papa Francisco habría organizado una audiencia privada para escucharlos. Asimismo, Jorge Mario Bergoglio les habría anulado la excomunión que recibieron Caccia y Blanco por intentar sabotear la Misión Especial del Vaticano que investiga los casos de abusos y violencia estructural dentro del Sodalicio.

«[El Papa] Nos bendijo y nos animó a que sigamos adelante», dijo Giuliana Caccia Arana desde el Vaticano, en Roma (Italia), junto al sodálite Sebastián Blanco Eguiluz.

Esta noticia ha generado un gran malestar en las víctimas y periodistas que han denunciado, registrado e investigado los abusos de esta organización religiosa fundada por Luis Fernando Figari, líder del Sodalicio denunciado por estos casos de abusos que actualmente se encuentra en Italia.

«Mientras yo, como sobreviviente y víctima real, sigo esperando desde hace 24 años a que me reciba algún papa, cardenal u obispo. Por eso mi insistencia en que no hay que creerle nada a la Iglesia católica, tira de encubridores. (…) Ya saben: no se denuncia en la Iglesia, se denuncia a la Iglesia», exclamó en redes sociales José Enrique Escardó, el primer denunciante del Sodalicio.

El periodista Pedro Salinas, quien ha investigado y publicado libros sobre el caso del Sodalicio, mencionó: «José Enrique Escardó siempre tuvo razón, y yo no vi venir la traición del papa Francisco».

De igual modo, Martín Scheuch, exsodálite y denunciante del Sodalicio, señaló que el escándalo de la audiencia privada del Papa Francisco con estos agentes encubiertos del Sodalicio no anula todo lo actuado ni lo que está por venir. «Un mal paso del Vaticano sin duda. Pero podría ser la evidencia que se necesita para justificar la activación de la guillotina», anotó.

José Enrique Escardó recalcó que la Iglesia también es responsable de las agresiones físicas, psicológicas, espirituales o sexuales que han sufrido y que les conviene el secretismo para mantener el control de la narrativa. Asimismo, recordó que nunca confió ni en la comisión investigadora del Vaticano ni en Bergoglio.

Giuliana Caccia Arana y Sebastián Blanco Eguiluz son conocidos en Perú por tener una posición contraria a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y de la población LGTBIQ. Ambos lideran Padres Peruanos, un nuevo colectivo ultraconservador con vínculos al Sodalicio.

Hasta el momento no existe ninguna comunicación del Vaticano negando o confirmando la versión del par de personajes vinculados al Sodalicio.