Policías acudieron al Hospital Santa María del Socorro de Ica y se llevaron la bala extraída de la pierna de Walter Condori Mamani (26), herido por la represión policial durante el paro agrario. La intervención de Fiscalía fue tardía.

Lucero Ascarza

Este lunes 28 de diciembre, dos jóvenes acudieron al Hospital Santa María del Socorro de Ica para atenderse por las heridas sufridas por la represión policial durante el paro agrario. Trevin Coquinche Mendoza, de 19 años, había sido impactado por perdigones y Walter Condori Mamani, de 26 años, tenía un fuerte dolor en la pierna. Una placa de rayos X reveló que tenía una bala alojada en esa área.

Con ayuda de la Comisión de Derechos Humanos de Ica (CODEHICA), los dos ciudadanos ingresaron y fueron atendidos. Entonces, según reporta el organismo, llegaron policías y empezaron a dar vueltas por el hospital.

«Nos avisan que le han extraído la bala (a Walter Condori), pero se la entregan inmediatamente a la policía. Según ellos lo lacran. Decimos ¿por qué no llaman al fiscal?’, y lo que hicieron fue trasladar a los chicos a dar declaración», relata Maura Gastelu, miembro de CODEHICA.

Como precisa la abogada Mar Pérez, de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH), la Policía sí tiene facultades para recoger elementos de prueba del delito, pero en este caso se trataba de un evidente conflicto de intereses. «El tema es que no hay seguridad de que (los policías) no reemplacen esa bala por otra. Se puede perder la oportunidad de identificar el origen del disparo», explica.

paro agrario
Placa de rayos X de Walter Condori. Foto: CODEHICA

La ausencia de fiscales continuó cuando los policías llevaron a los jóvenes a declarar. De acuerdo a Gastelu, las diligencias iniciaron alrededor de las 7:30 de la noche. La Fiscalía llegó recién a las 9:30 de la noche, dos horas después. Según informa la representante de CODEHICA, salieron a la 1 de la mañana, luego de pasar por el médico legista.

Mar Pérez señala a Wayka que desde la CNDDHH enviarán un oficio para que esa situación no se vuelva a repetir. «Es probable que lleguen más heridos a los hospitales y tendría que haber una fiscalía asignada, de manera que se pueda levantar el teléfono y lleguen de inmediato», comentó.

Violencia policial

El 22 de diciembre, Walter Condori Mamani, de 26 años, se encontraba con sus amigos en Pampa de Villacuri, Ica, cuando vio un helicóptero de la Policía Nacional del Perú lanzar bombas lacrimógenas. «Yo no me metí. Delante mío en la Panamericana había un montón de gente, también policías», comenta el joven a Wayka.

Pensando que podrían caer más bombas, Walter empezó a correr y sintió como si le hubiera caído una piedra. En ese momento no sentía mucho dolor, pese a que vio su short manchado de sangre. «Un señor me limpió con alcohol y agua oxigenada, me fui a mi cuarto y de ahí no volví a salir», relata. No fue hasta este lunes, casi una semana después, que supo que tenía una bala alojada en la pierna.

Walter Condori y Trevin Coquinche no figuran en la lista de los 59 heridos reportados por el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) durante el paro agrario iniciado el 21 de diciembre. Como muchos otros heridos, decidieron atenderse en casa y no recibieron atención médica inmediata luego de sufrir disparos por parte de la policía.

Al igual que Isaac Ordoñez y Andy Panduro, trabajadores que aún se encuentran hospitalizados, los jóvenes heridos no participaban de las protestas del paro agrario. Eso no evitó que fueran víctimas de la represión policial.