Escribe Carlos A. Bedoya

Si como todo indica el indulto a Fujimori va, la coyuntura nacional cambia radicalmente. En primer lugar, el rol del fujimorismo como fuerza gobernante desde el parlamento se consolida, y en la práctica se fujimoriza el gobierno y todo el Estado.

Eso no quiere decir que el fujimorismo sea un bloque compacto que le está arrebatando el indulto a PPK, sino más bien se trata de un negocio entre el presidente y Alberto Fujimori, vía Kenji, que deja a Keiko en una posición de derrota, al menos por ahora.

Lo de Patricia Donayre no es anecdótico. Ha acusado a Keiko Fujimori nada menos que de usurpar funciones por figurar como jefa en el reglamento de la bancada de Fuerza Popular sin ser congresista. Con ello, se cae la narrativa que nos presentaba Miki Torres sobre un grupo unido que gestiona eficazmente sus discrepancias.

Con todo, la elección de la mesa directiva congresal y la recomposición del Consejo de Ministros no solo expresarán el arreglo del indulto, sino también la impunidad de Alan García (AG). No por gusto viene sonando con fuerza el nombre de Antero Flores-Aráoz como próximo premier.

El Apra operó para que Flores-Aráoz sea presidente del Congreso en 2004, debilitando al régimen de Toledo. Ya en el segundo gobierno aprista, Antero asumió la cartera de Defensa. Ahora el alanismo está operando para que este hombre de AG conduzca el gabinete. Así, la historia Lava Jato quedaría en pausa respecto de la sanción a los corruptos. Salvo por Toledo y Humala, los demás serán intocables.

Del lado económico, Humberto Campodónico se pregunta si Zavala será capaz de superar la mala gestión de los dos últimos jefes del MEF: Alfredo Thorne y Alonso Segura. Lo más probable es que siga en curso una recesión, porque además de que el gobierno es errático al poner todos los huevos en la canasta de las APP y las obras por impuestos, se hacen evidentes los límites y carencias de los actuales dueños del Perú, esos que se formaron al calor del boom de principios de siglo, y que ahora no saben conducir un carro con la llanta baja. Y ya no basta con que Zavala aumente la inversión pública. Hace rato se necesitaba un giro productivo para salir de la economía primario exportadora.

La crisis económica más los incumplimientos de campaña pueden producir una acumulación de descontentos donde los espacios regionales se convierten en estratégicos con miras al 2021. PPK no está dimensionando el desafío político que el indulto hace a los movimientos sociales y la sociedad en general. Justo cuando estamos más complicados con la corrupción, se perdona a Fujimori.

Como dice Martin Tanaka, el presidente se va a pelear con medio país y ni así conseguiría el amor del fujimorismo, pudiendo quedar aún en mayor debilidad. Lo malo es que sigue faltando una estrategia global de parte de las izquierdas ante este nuevo escenario.

*Esta columna se publicó en la versión impresa de Diario Uno el 29 de junio del 2017