Hace unas semanas vimos con impotencia e indignación como una niña de 10 años en Cajamarca tiene un embarazo de 6 meses. La menor, que apenas cursa el 4 año de primaria fue violada en varias oportunidades por un familiar y, tras ser amenazada, guardó silencio hasta que su gestación se hizo evidente. Esta realidad no es tan ajena en nuestro país, pero sí nos lleva a cuestionarnos en alguna salida que no dañe – aún más – la salud física y mental de las niñas que sufren este tipo de agresiones.
Brenda Alvarez, integrante del equipo legal de Promsex, nos resume en cinco puntos las razones por las que un aborto terapéutico es una opción que deberíamos considerar para salvar la vida y el futuro de nuestras niñas.
1. El aborto terapéutico en nuestro país es legal hace más de 90 años. Este supone que cuando la continuidad de un embarazo ponga en riesgo la vida o la salud de la mujer, es legal la interrupción del embarazo. Esto quiere decir que el Estado reconoce que en estas situaciones la vida y la salud de las mujeres debe protegerse a través de la garantía de acceso a un aborto seguro. Cuya accesibilidad no debe estar sujeta a ningún condicionamiento como por ejemplo la edad gestacional o la causa del embarazo.
2. Está científicamente demostrado que las gestaciones en niñas y adolescentes son ensimismas riesgosas por los distintos impactos que tiene en su salud mental, física, sexual y además en sus proyectos de vida. En el caso de la niña de Cajamarca, los propios médicos que la atendieron reconocen este riesgo.
Aquí un estudio que revela los impactos de los embarazos en niñas y adolescentes en el Perú:
Afectación en su salud física:
En el Perú, el 63% tuvieron una complicación del embarazo, pero en general estas complicaciones fueron menores, como infecciones urinarias (16%), nauseas/vómitos (11%), infecciones vaginales (6%) y anemia (6%). Pero el 9% tuvieron trastornos hipertensivos como preeclampsia-eclampsia, 6% con ruptura prematura de membranas y 5% con amenaza de parto prematuro.
Afectación en su salud mental:
En el Perú, 9 adolescentes (7%) tuvieron en algún momento la intención de suicidarse, ingiriendo raticidas, insecticidas o infringiendo cortes en su piel para alcanzar las venas1.
Repercusiones sobre la salud social de las niñas y adolescentes (9–14 años):
En el Perú, el 77% de las adolescentes dejaron de estudiar a consecuencia de su embarazo y los cuidados del niño, pero el 94% no trabaja o dejó de trabajar. El 75% recibe apoyo económico del padre del niño/a, el que frecuentemente es escaso. La familia de la adolescente o de su pareja (94%) aporta recursos o la aloja a ella y al niño/a y eventualmente a la pareja. Las instituciones de carácter social apoyan apenas en un 6%. Más del 60% de las adolescentes tienen como expectativa para su vida poder continuar sus estudios y aún hacerse de una carrera técnica o profesional y el 17% quiere trabajar.*
3. Si bien el Protocolo de Aborto Terapéutico, aprobado en junio del 2014, estandariza el procedimiento médico hasta las 22 semanas de gestación, esto no supone que la interrupción del embarazo posterior a las 22 semanas no pueda realizarse o que si esta se realiza sea ilegal. El Código Penal no estable límites gestacional como en otras legislaciones. Por lo que es un deber del personal de salud evitar las dilaciones temporales para proceder con la interrupción ya que a mayor edad gestacional mayor afectación en la vida y salud de la niña.
4. ¿Si el embarazo es resultado de una violación sexual y este tipo de aborto está penalizado no se puede proceder con la interrupción del embarazo? En este caso, como en otros, lo que debe analizarse es si la continuidad del embarazo pone o no en riesgo la vida o la salud de la niña, no la causa del embarazo. Sin embargo, y para efectos de este caso, el que el embarazo sea producto de una violación sexual no hace más que agravar la afectación en su salud mental.
5. La respuesta del Estado en este caso debe realizarse en el marco del principio de interés superior de la niña, en esa medida todas las acciones que adopte deben realizarse con el único y principal objetivo de cautelar sus derechos y evitar mayores afectaciones. Ello incluye, por supuesto, que se le brinde información sobre la posibilidad de interrumpir el embarazo para que libremente decida sobre el procedimiento, además se debe superar y remediar las omisiones en los protocolos médicos para la interrupción del embarazo mayor a las 22 semanas de gestación y evitar las dilaciones temporales.
*Fuente: Vidas Robadas