Justo en el momento en el que se le implica en los CNM audios por conversaciones con el suspendido juez César Hinostroza, el congresista fujimorista Héctor Becerril presentó un proyecto para sancionar a las personas que participen con el rostro cubierto obstaculizando su identificación en marchas, protestas y reuniones tumultuarias.

Según el proyecto de ley, el que en una reunión tumultuaria, atenta contra la integridad física de las personas y/o mediante violencia causa grave daño a la propiedad pública o privada, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de seis ni mayor de ocho años.

También señala que “será sancionado con la misma pena cuando los actos descritos en el primer párrafo se produzcan con ocasión de un espectáculo deportivo, o en el área de influencia deportiva”.

Curiosamente, en su sustentación, Becerril considera en fotos las manifestaciones contra iniciativas del fujimorismo, como la marcha contra la “Ley Pulpín”, y contra el Congreso, así como la protesta contra el peaje en Chillón.

Al respecto, Eleming Valle de la Coordinadora contra la Impunidad, explicó que el proyecto de ley de Becerril sería una “estrategia publicitaria para desviar la atención en el marco del escándalo de los CNM audios; primero, para que quienes estamos atentos a estos temas nos escandalicemos y, segundo, para desviar la atención de lo que está pasando y lo involucra”.

Valle explicó que no cree que el proyecto de ley prospere porque atenta contra la libertad de expresión y de reunión.

“En este país donde ha habido desaparecidos y violaciones a los derechos humanos, donde tenemos muertes en protestas, algunas veces usar un pañuelo en el rostro es un acto de autodefensa o para cubrirse de gases lacrimógenos; por otro lado, este proyecto de ley estaría señalando que a cualquier persona que acude a una manifestación se le presume culpable de delito por la forma en que está vestida, es decir, usando un pañuelo o una máscara que a veces es solo un símbolo de protesta”.

Precisó que en todo caso es aún más grave, por ejemplo, que la policía se cubra el rostro y se quite la identificación, lo que no permite reconocerlos si se registran lesiones.

“El proyecto de ley de Becerril es parte de una política de criminalización de la protesta. Se puede entender en un espectáculo deportivo que es por seguridad, pero en una marcha, pero en la calle donde todos tenemos derechos de vestirnos como queremos, exponen una motivación para perseguir y penalizar el hecho de usar pañoleta y mascara”.