Por Amanda Meza*

Martín Vizcarra es el nuevo presidente y saltan las convenientes opiniones de empresarios, aprofujimoristas y conservadores que intentan manipular la opinión pública señalando que ya todo está encaminado y el país vuelve a la tranquilidad.

Pero, ¿qué ha cambiado en lo concreto? ¿Acaso no continúa la incertidumbre para el común de las y los peruanos? Sí, se alarga porque ya está visto que el fujimorismo viene por más con eso de “no dar tregua” y peor aún cuando en su primer discurso el nuevo mandatario ha apelado nuevamente a pasar la página”, una frase que se le cuestionó mucho a Kuczynski pero de laque hoy nadie habla. En mi opinión, empezó mal Vizcarra con esa frase que puede encerrar muchas cosas pre y post indulto a Fujimori, la más importante: que nada cambiará en el fondo.

Vizcarra no solo repite y mal una frase que puede ser asociada con la impunidad, una frase que resuena en un indulto trucho y negociado por su antecesor, Kenji Fujimori y sus congresistas; también vuelve a caer en ese discurso seguro y débil que no basta con prometer un gabinete mejorado que, al parecer, será con nuevas cabezas pero algunos viejos conocidos/as, si a la larga no están facultados para tomar decisiones de cambio.

¿Dime a quién pones en el MINEDU y te diré quién eres? El gobierno de PPK lanzó el currículo escolar nacional con enfoque de género y finalmente se boicoteó así mismo. Pasó de los progresistas Jaime Saavedra y Marilú Martens que entendían la necesidad de un cambio profundo en la educación a un conservador aprista como Idel Vexler que terminó por desmembrarlo y dejarlo en el limbo del sistema de justicia. Aquí será crucial la visión de Vizcarra porque de esta selección dependerá el trazo político de cara al 2021. Porque este currículo escolar no solo es un tema de cambio educativo superficial sino que ya enfrentó la verdadera pelea con quienes han gobernado el país en los últimos 30 años y que no quieren que el modelo neoliberal se mueve ni un poquito: la Derecha Bruta y Achorada y los grupos religiosos fundamentalistas que ahora también forman sus grupos políticos para elecciones municipales y regionales.

Luego, su propuesta de Pacto Social contra la Corrupción puede venirse abajo puede quedar en el aire como el Acuerdo Nacional y otros pactos simbólicos que ya se han hecho en el país de manera más simbólica que real, más aún si participan los mismos grupos que se están cargando al país o instituciones sin credibilidad y con ‘anticuchos’ a cuestas.

Vizcarra la tiene difícil. Y los medios de comunicación afines a la CONFIEP y el aprofujimorismo nos tratan de decir que es lo máximo y todo está bien, pero aún no ha hecho nada y volvemos a evadir nuestra responsabilidad política dándole la máxima confianza a alguien que ha sido vicepresidente y que se ha mantenido fuera del país sin decir una palabra cuando nos estábamos descalabrando. Aquí está el gato encerrado de lo que sería una estrategia bien pensada para una vacancia respaldada por todos y necesaria y una transición a la medida de los aliados de PPK. Porque, ojo, parece que nos estuvieran diciendo que Vizcarra es un presidente electo popularmente o como si fuera de otro grupo político. No, señor, no señora, viene de la misma cantera de PPK.

Otro es que siempre hablan de sus logros en Moquegua. Escuché hace poco al analista Benavente decir que Moquegua no era ni el 1% de la población electoral. Y tampoco olvidemos que Vizcarra tenía el problemón de Chincheros que fue el detonante para que se le nombre embajador y se le envíe a otro país.

En las calles la gente se rompe el lomo trabajando más allá de quien nos gobierne, lo que sí es que hay profundo descontento con el Ejecutivo y el Congreso.

Vizcarra debería comenzar por deshacer las últimas 48 horas de PPK. Se trajo abajo el currículo escolar con un comunicado del Minedu precario en claridad, se drogó el D.S. 027-2007-PCM y modificatorias que definió y estableció las políticas públicas de obligatorio cumplimiento en la última década. El DS 027 limita el monitoreo de la igualdad de género. También estaban las políticas de pueblos indígenas y afroperuano. El Bicentenario sería el pretexto. Recordemos que el ‘Plan Bicentenario’ es conservador con relación a los derechos de las mujeres.

Las cosas con pinzas y sin exagerar con Vizcarra. No estamos para celebrar nada. ¿Cómo es la nuez? Atrapo las palabras del ministro Giufra que suelen ser un cotidiano en la jerga del país. La atrapo porque, por cierto, no se ha tomado ninguna medida contra este ministro  tras los videos del congresista Mamani y su sola salida del gabinete en la gestión de Vizcarra no debe bastar.

Por ahora, lo dejamos ahí. Esperemos que Vizcarra elija bien a sus portavoces que deben tener cancha política para enfrentar al aprofujimorismo que pugna por el 2021. Aquí no hay transición que debe ser entendida como calma y vuelta a la página. Aquí hay una corrupción enquistada que hay que combatir sin tregua.

*Amanda Meza, comunicadora, especializada en temas políticos, de género y diversidad sexual. Trabaja en campañas comunicacionales de casos de derechos humanos. Ha sido editora general del Diario16, editoria de Política y Actualidad en Perú.com, reportera de televisión y redactora en la revista Tiempo (España). Activista feminista y LGTBIQ. Autora del libro’Mi cuerpo es mío’ editado por DEMUS.