Enfoquemos el debate. Cada seis minutos ocurre un accidente de tránsito en nuestro país (MTC, 2017). Nueve de cada diez de esos accidentes tienen lugar en la zona urbana. Cada día, entre siete a ocho personas mueren en la red vial de nuestro país. Así de alarmantes son las cifras de inseguridad vial en nuestras calles, que son un bien público, situación que el Estado, desde sus diferentes niveles, no ha podido solucionar a favor del bienestar social.

¿Dónde se producen los accidentes? Más de la mitad ocurren en las avenidas, y lo que llama la atención es que las calles o jirones (en donde la velocidad máxima es de 40 km/h) son el tercer espacio con más accidentes.

El 70% de los accidentes son ocasionados por conductores motorizados, pero son principalmente pasajeros y peatones quienes constituyen el 66% de las víctimas fatales. Somos los y las peatones quienes nos exponemos a la violencia de la calle y la falta de políticas públicas o supervisión de velocidades en las calles, jirones y avenidas.

Los autos particulares causan el 55% de los accidentes de tránsito, en tanto que las bicicletas y vehículos menores son responsables de una cantidad ínfima de accidentes, lo que muestra la necesidad de reenfocar el actual debate. Esta cantidad enorme de accidentes contrasta con el hecho de que es la minoría la que tiene un auto particular: en el Perú, apenas 67 personas de cada 1000 tienen un auto, según cifras del Banco Mundial.

¿El auto es el problema? Hay países con mayor número de autos por habitante, pero con menos accidentes. ¿Por qué? Por la infraestructura, los reglamentos, la existencia de sistemas de transporte público eficientes, y una cultura vial de respeto y a favor de la convivencia.

¿Cuáles son los datos que analizan nuestros responsables de políticas al plantear reglamentos y ordenanzas?  Se dice mucho sobre el bienestar y la calidad de vida, pero poco se hace para plantear leyes, reglamentos u ordenanzas que posibiliten una convivencia interdependiente entre todos los medios de movilidad en nuestras calles.

El sistema actual ve a las calles de manera atomizada, como si cada medio de movilidad fuera independiente, y no incluye lógicas interdependientes de convivencia. La reciente Ley de la Bicicleta también cae e este error. ¿Para cuándo un cumplimiento real de las velocidades actuales para desplazamientos? ¿Para cuándo una reducción de velocidades frente a lo crudo de la evidencia?

Lastimosamente nuestro Estado ha dejado de lado este bien público tan importante para la interrelación social: la calle. Cada municipalidad entonces, también se maneja de manera aislada, acelerando modificaciones de manera reactiva y subidas en velocidades que atentan no solo contra nuestra vida, sino sobre todo con nuestra libertad de desplazamiento. Multar a quienes usan el espacio público para desplazamientos utilizando el menor espacio (el 70% del espacio lo ocupan los autos, según indica Actibicimo)

La Municipalidad de Miraflores (distrito donde se realizó el Foro Mundial de la Bicicleta en el 2017) ha emitido una ordenanza en nombre de la “seguridad vial” que desalienta el uso de medios no contaminantes, pese a que estos presentan el menor número de accidentes o afectación a terceros.

Nadie está en contra de regular y alentar la convivencia, pero lo cierto es que la ordenanza, lejos de la realidad, es un desincentivo a medios de movilidad con beneficios sociales como la reducción de contaminación, reducción de espacio de uso público y además con velocidades que, en términos generales, generan riesgos mínimos a la seguridad de las personas. ¿Qué dice la Ley de la Bicicleta? ¿Qué dice el Reglamento de Tránsito? ¡Nada! Lastimosamente no hay una integridad y cada cierto tiempo nuestras autoridades responden de manera reactiva.

Además, la ordenanza invisibiliza a las niñas y niños en el espacio público. En otros lugares de América Latina, este tipo de ordenanzas debería indicar, por ejemplo: niños menores a 7 años (en otros casos, menores de 14 años) pueden usar la vereda o la ciclovía con supervisión. ¿Por qué? ¡Porque existen! ¡Porque usan las calles!

La ordenanza de la Municipalidad de Miraflores es una muestra de lo que no se debe hacer y por lo que debemos luchar contra políticas públicas que atomizan y no integran nuestros desplazamientos, políticas públicas que no tienen en consideración los datos y la evidencia, ni consideran estudios previos sobre desplazamientos.

Necesitamos un nuevo reglamento de convivencia vial a nivel nacional ¡ahora!, que reemplace el fallido reglamento de tránsito.

Ministerio de Transportes y Comunicaciones. Estadísticas de accidentes de Tránsito 2017. Perú (link: https://www.mtc.gob.pe/cnsv/documentos/accidentesTransito_2006-2017.pdf)

Instituto Nacional de Estadística e Informática. Censo Nacional de Comisarias año 2017. Perú (link: http://iinei.inei.gob.pe/microdatos/)

Actibicimo. Perú (link: http://www.muevete.pe/)