A cuatro años de la desaparición y asesinato de Solsiret Rodríguez, la justicia tiene una deuda pendiente con la memoria de la joven activista, sus familiares y amigos. Su caso ha sido representativo en la búsqueda de las mujeres desaparecidas, que luego terminó en un feminicidio. Sus principales acusados afrontan prisión preventiva mientras avanzan a paso lento las investigaciones.

Sin embargo, los reportes de mujeres, niñas y adolescentes continúan. La Defensoría del Pueblo en su Reporte de Igualdad y No Violencia de julio de 2020 señala que en lo que va del año, la cifra de denuncias a nivel nacional entre enero a julio asciende a 2965.

Es por eso que Wayka publicó una serie de historias de mujeres que desaparecieron en el 2018, 2019 y 2020. Tras conocer sus casos, los padres de Solsiret, Carlos Rodríguez y Rosario Aybar, nos remitieron una carta dirigida a ellos y a todos los familiares que a sus desaparecidas, quienes podrían estar en peligro.

Quiero comenzar diciéndoles y expresarles mi solidaridad, y que comprendo el sufrimiento por el que están pasando y que es una lucha inmensa, ante la indiferencia de nuestras autoridades, tanto judicial como policiales y un Estado indiferente. Nosotros tuvimos una lucha de tres años y medio y aún continuamos, pero a la vez reconocer que esto no hubiera sido posible si no hubiéramos contado con el apoyo incondicional de las ONG y todas las agrupaciones feministas a las que mi hija pertenecía y muchos otros. Gracias a ellos pudimos encontrar a mi hija.

Los padres sabemos cómo son nuestras hijas, sabemos lo que criamos y cuando me decían que mi hija se había ido con otro, que se fue porque estaba cansada de criar y muchos argumentos machistas más, yo les decía a las autoridades que no importaba lo que lo fuese, que ella y todas las mujeres y niñas tenemos derechos y en base a eso yo exigía que se ubique mi hija.

Por eso los padres de familia hagamos todo lo que esté a nuestras manos, pegar afiches una y otra vez, utilizar las redes, mandar oficios a las autoridades como Defensoría del Pueblo, Ministerio de la Mujer, etc.

No bajar la guardia, si no los atienden en un día, regresar al otro y seguir exigiendo los derechos que todos tenemos.

También decirles que así como hay malos policías, fiscales y jueces, también hay buenos sobre todo que tienen la voluntad de hacer su trabajo y así poder encontrar a nuestros hijos.

Mucha fuerza padres, háganlo por sus hijas, no somos los únicos que vamos a llegar a saber qué fue lo que pasó.

Atte

Carlos y Rosario