Tras declarar fundado un habeas corpus que valida los efectos jurídicos del indulto del 2017 a Alberto Fujimori, el Tribunal Constitucional se consagra como una institución que le da la espalda a los derechos humanos. Estas son otras de sus cuestionadas decisiones.
Claudia Risco
«Sardón, Blume y Ferrero cómplices», se lee en una pancarta de un manifestante en la marcha contra la decisión del Tribunal Constitucional (TC) que otorga la liberación a Fujimori. La frase cristaliza el descontento y la indignación de miles de ciudadanos contra los cuestionados miembros de esta institución. Sin embargo, esta no es la primera vez que fallan en contra de los derechos humanos.
Los magistrados José Luis Sardón, Ernesto Blume y Augusto Ferrero han sido vinculados con el fujimorismo en diferentes momentos. Sardón financió a través de su ONG Reflexión Democrática a ocho congresistas fujimoristas, Blume sustentó la inconstitucionalidad de la prisión preventiva a Keiko Fujimori y Ferrero se reunió con la bancada de Fuerza Popular para ser elegido como integrante del TC.
CONTRA EL DERECHO A LA CONSULTA PREVIA
Las credenciales antidemocráticas de estos tres miembros del TC se lucen en un fallo reciente sobre el derecho a la consulta previa. En una sentencia del 20 de enero último, la institución declaró infundada una demanda presentada por representantes de las comunidades aymaras de Chila Chambilla y Chila Pucará, en Puno. Ellos solicitaban la nulidad de dos concesiones mineras transferidas en 2016 a la minera Cemento Sur S. A., empresa del Grupo Gloria que produce y comercializa cal y cemento porque fueron aprobadas sin respetar el derecho a la consulta previa y la propiedad comunal.
Sardón, Blume y Ferrero afirman que la consulta previa no tiene rango constitucional, no es un derecho fundamental y no puede ser protegido mediante acciones de amparo. La Defensoría del Pueblo indicó que esta decisión del Tribunal Constitucional constituye un grave retroceso en materia de protección de los derechos de los pueblos indígenas, es contraria a la Constitución Política, a los tratados internacionales y se aleja injustificadamente de los estándares previamente establecidos a lo largo de su jurisprudencia.
Asimismo, la Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú (Onamiap) solicitó que el Ministerio de Cultura y el Viceministerio de Interculturalidad se “pronuncien y reviertan este tipo de acciones”.
CONTRA VÍCTIMAS DE MASACRE EN EL FRONTÓN
José Luis Sardón, Ernesto Blume y Augusto Ferrero continuaron erosionando la institucionalidad de Tribunal Constitucional al declarar fundado un habeas corpus que declara que la masacre de El Frontón no es un crimen de lesa humanidad y por lo tanto puede prescribir.
La matanza en los penales, el caso El Frontón, sucedió el 18 y el 19 de junio de 1986 a raíz del amotinamiento de los presos acusados de terrorismo recluidos en las prisiones de San Juan de Lurigancho y El Frontón y en la cárcel de mujeres de Santa Bárbara, ubicadas en las provincias de Lima y de Callao. La Marina de Guerra intervino y asesino al menos a 113 reos, las familias de las víctimas esperan justicia desde hace 36 años.

Juan Carlos Ruiz Molledo, abogado y coordinador del área de litigio constitucional del Instituto de Defensa Legal, resalta que lo resuelto por el Tribunal Constitucional va en contra de la sentencia que emitió la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en el caso Durán y Ugarte, que exige al Estado peruano investigar y sancionar a los responsables de la matanza de El Frontón. Además, la sentencia le da la razón a los abogados de los marinos procesados porque ellos presentaron este recurso con el fin de buscar la impunidad, según el especialista.
«Un tribunal no puede incumplir con una sentencia de la Corte, esta institución ha dicho investiga y procesa a los responsables. Lo que busca este recurso es dejar sin efecto el proceso contra los responsables de la matanza de El Frontón. No puedes incumplir una sentencia de la Corte, eso es lo más grosero«, subraya Ruiz
IMPUNIDAD PARA VÍCTIMAS DE BARRIOS ALTOS Y LA CANTUTA
Otro nuevo capítulo del accionar cuestionable del Tribunal Constitucional, desde la perspectiva de los derechos humanos, es el reciente fallo sobre la liberación de Alberto Fujimori: con los votos de Ferrero (dirimente), Sardón y Blume se declaró fundado el habeas corpus en favor del dictador y restableció los efectos del indulto humanitario otorgado por el expresidente Pedro Pablo Kuczynski, hecho que es materia de investigación penal en el caso «Mamani audios».

Para la abogada del Instituto de Defensa Legal (IDL), Cruz Silva Del Carpio, esta decisión presenta varias irregularidades: «La primera es que la audiencia fue privada, por lo tanto no se pudo escuchar los argumentos de los magistrados. Eso demuestra una falta de transparencia», señala Silva. «El caso es grave porque no hay todavía respuesta sobre los casos por lo que Fujimori está en la cárcel», sostiene.
«No se ha pagado la reparación económica sobre estos casos. Hay cinco estudiantes desaparecidos aún de La Cantuta, Fujimori nunca ha mostrado arrepentimiento. Este fallo refuerza la impunidad», menciona Silva.
ALERTA: SE VIENE EL FALLO SOBRE PÍLDORA DEL DÍA SIGUIENTE
El siguiente fallo que verán dos de estos magistrados, Sardón y Ferrero, es la distribución gratuita de la píldora del día siguiente, sin embargo, diferentes colectivos feministas han mostrado su desacuerdo por las credenciales conservadoras de ambos jueces. El primero es muy cercano al fujimorismo mientras que el segundo fue consejero legal del excardenal de Lima Juan Luis Cipriani y representó al Arzobispado de Lima en una demanda que impuso contra la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).

«El Tribunal Constitucional ha sido capturado por un grupo muy conservador, que no quiere saber nada de derechos humanos y de derecho internacional. Lo que yo temo es que con estas sentencias le están mandando un mensaje al Congreso para que demoren la nueva elección de magistrados. Se nos vienen fallos donde van a haber mucho retrocesos en derechos», finaliza Ruiz.