Brecha de recursos humanos a nivel nacional. Operativo de la Contraloría revela que los profesionales más ausentes en estos establecimientos de salud públicos son médicos internistas, traumatólogos, pediatras y anestesiólogos.

Lucero Ascarza

Falta de recursos humanos para el servicio de emergencia en establecimientos de salud a nivel nacional. Ese es el panorama que recoge el informe del operativo «Por una salud de calidad 2019», realizado por la Contraloría General de la República del 20 al 24 de mayo.

Las visitas fueron realizadas a establecimientos categorizados como de segundo y tercer nivel de atención. Es decir, centros de salud que brindan tanto atención general como especializada, para lo cual cuentan -o deben contar- con recursos humanos y tecnológicos.

Sin embargo, la Contraloría encontró que de un total de 247 establecimientos de estos dos niveles, 26.45% no cuentan con los recursos humanos suficientes para atender casos en situación de emergencia. Algo que contraviene la norma técnica de salud vigente.

Se trataría de más de 60 establecimientos de salud en esa situación. De ese grupo, 33.6% no cuenta con un emergenciólogo o médico internista, profesional que según la norma, está encargado de dirigir la unidad de emergencia en el hospital.

Por otro lado, 43.72% de estos establecimientos de salud no cuenta con traumatólogo; 23.48% no cuenta con anestesiólogo; otro 23.48% no cuenta con pediatra; 18.22% no cuenta con cirujano general y 16.19% no cuenta con gineco – obstetra.

Todos estos profesionales son considerados recursos humanos mínimos en servicios de emergencia para hospitales de segundo y tercer nivel.

Contraloría
Fuente: Informe del Operativo «Por una salud de calidad 2019» de la Contraloría General de la República.

Una brecha difícil de cerrar

La falta de profesionales en el sector salud no es un problema nuevo. En conversación con Wayka, Luis Lazo Valdivia, coordinador nacional de Foro Salud, señala que el Estado tiene la tarea de generar mayor producción de recursos humanos. Algo que solo puede lograrse en acción conjunta de los colegios profesionales, las universidades y el Ministerio de Salud (Minsa), como órgano rector.

«Un médico está acabando la carrera a los 25 años aproximadamente, y termina su especialidad a los 30. Un joven de 30 años especialista requiere tener un empleo que inmediatamente lo capte a su especialidad, pero eso no ocurre en el país», explica Lazo. «El colegio médico está hablando que existe migración de profesionales de alrededor del 25%. Imagínese, el Perú produce 2 mil 800 médicos y que se vaya el 25%… son 700 médicos que se van a trabajar a otro país».

Según indica Luis Lazo, la falta de contratación de profesionales médicos es lo que genera el éxodo (fuera del Perú o a las ciudades más grandes del país), pero también existen otros factores.

«En las capitales de regiones, muchas veces las direcciones de salud o las universidades no tienen capacidad para producir programas de educación continua, una demanda que siempre tienen los profesionales especialistas […] Luego, esas regiones no pueden absorber (contratar) a todos los médicos que sus universidades producen. ¿Qué hace un joven de Junín que no encuentra trabajo en su región? Viene a Lima».

Gestión de medicamentos

El informe de la Contraloría también presenta otra preocupante situación respecto al abastecimiento de medicamentos en diferentes establecimientos del país.

Durante el 2018, 31.5% de los establecimientos de salud públicos visitados declararon no abastecerse de medicamentos por medio de las compras corporativas a cargo del Minsa. En ese grupo, 8.1% indicó incluso desconocer si los medicamentos de su entidad provenían de ahí.

¿Cómo funcionan estas compras corporativas? Cada hospital debe elaborar un formulario con los medicamentos que requiere y dirigirlo al Minsa. Según explica Luis Lazo, si los establecimientos de salud no lo hacen, el ministerio, al hacer su compra anual, «tiene que hacer un copia y pega o un cálculo relativo en términos de cuántos medicamentos se necesita».

Así, entre los centros de salud que hacen uso de esa modalidad, informaron que 22.4% de los medicamentos adquiridos se encuentran en substock o desabastecidos. Además, los sistemas de estos establecimientos públicos reportaron 21.4% de sobrestock.

Como parte del operativo de la Contraloría se encontró también que 19 establecimientos de salud públicos reportaron no tener ningún sistema de control del stock de sus medicamentos. Entre estos están el Hospital Nacional Arzobispo Loayza, el Hospital de Emergencias José Casimiro Ulloa, el Hospital Militar «Luis Arias Schreiber» y el Hospital Nivel I Carlos Alcántara Butterfield.

«Pongamos el caso de un hospital que no presenta petitorio de medicamentos, y luego presenta escasez. Por ley, ellos están facultados para hacer compras directas y se exoneran de un conjunto de pasos del OSCE (Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado)… porque prima la salud pública», afirma Luis Lazo, quien considera esas negligencias «punibles».

Bajo ese esquema, explica Lazo, es probable que se termine comprando medicamentos a un precio más caro o que funcionarios caigan en actos de corrupción. «Eliminan la gestión, lo que significa una compra rápida y entre dos laboratorios, ¿a cuál le compro? al que me deja alguito», comenta.

Problemas pendientes

Se trata de una situación crítica, que no parece mejorar. Durante el operativo realizado en establecimientos de salud el 2018, la Contraloría identificó situaciones por corregir en cuanto a consulta externa, emergencia y farmacia. Este año, la entidad comprobó que 65.6% de estos riesgos no han sido resueltos. Estos hospitales públicos pertenecen a gobiernos regionales, EsSalud, el Ministerio de Salud, las Fuerzas Armadas y la Policía.

Como indica Luis Lazo, coordinador nacional de Foro Salud, la brecha existe en los cuatro elementos necesarios para el funcionamiento del sistema de salud: infraestructura, equipamiento, insumos y recursos humanos.

«El presidente plantea el acceso universal al seguro integral de salud, ha sido parte de su discurso. ¿Qué va a pasar con las atenciones? Son 4 millones de personas más… tiene que haber más financiamiento y más contratación de recursos humanos en todos los puntos del país», afirma.

Nelson Shack, contralor general de la República, aseguró el pasado miércoles que la mala atención en hospitales era «un tema de gestión» y que «no se necesita plata».

Para Luis Lazo, representante de la sociedad civil ante el Consejo Nacional de Salud (CNS), esta es una verdad a medias. Según precisa, la mala gestión, la corrupción con sobrevaloraciones y compras dirigidas son ciertamente parte del problema. «Pero así se gestione al 100%, el presupuesto no resulta suficiente para atender a una población tan grande», opina.