Con información de El País

Crimen ambiental. Los incendios forestales en la Amazonía de Brasil aún no logran controlarse. Esto ha generado una alerta en diversos países latinoamericanos que comparten áreas de la selva amazónica con Brasil.

A la par, los cuestionamientos hacia el actual gobierno brasileño no se hicieron esperar. Jair Bolsonaro es criticado por minimizar los incendios, a pesar de que lleva más de dos semanas, y por las medidas adoptadas, que ponen en riesgo la riqueza ecológica en Brasil.

Sin embargo, esta preocupación en materia de políticas ambientales no es nueva. En mayo de 2019, ocho exministros del medioambiente en Brasil, menos el actual titular, Ricardo Salles, se reunieron en Sao Paulo para alertar a sus compatriotas sobre la «política sistemática, constante y deliberada para desmontar las políticas medioambientales» por parte del gobierno.

Los extitulares, que asumieron su gestión desde el fin de la dictadura, acusaron tanto al Gobierno como al actual ministro de revertir los avances que se han dado durante las últimas décadas en el sector. Además, advirtieron de un «riesgo real» a causa de la deforestación en la Amazonía, que podría tener como consecuencias los incendios forestales de estas últimas semanas.

En el manifiesto leído en la Universidad de Sao Paulo, los exministros, aseguraron que ya no podían permanecer en silencio frente a estos retrocesos. Señalaron que entre sus preocupaciones figura el compromiso de Brasil con el Acuerdo de París sobre el Clima.

Una de las exministras, en el periodo de 2003 a 2008, Marina Silva, explicó que el discurso del Gobierno que contrapone la defensa de la naturaleza, la biodiversidad y las acciones para combatir el cambio climático, frente a las actividades económicas no tiene fundamento. Según Silva, «Brasil depende del medioambiente para ser la potencia agrícola y minera que es», e incluso aseguró que la economía brasileña creció cuando se frenó deforestación.

Edson Duarte, exministro durante la gestión de Michel Temer, afirmó que las políticas ambientales «no son solo importantes para preservar el mayor patrimonio ambiental del mundo sino también para los negocios y la imagen exterior de Brasil».

Todos los exministros recalcaron que no solo respetaron el rumbo de las políticas medioambientales de las gestiones de sus predecesores, sino también trabajaron por nuevos avances para preservar la riqueza ecológica y biodiversidad de Brasil.

Medidas regresivas

Entre las acciones que dio el gobierno brasileño para desarticular las políticas medioambientales, según la publicación del diario El País, estarían la transferencia que se hizo del Servicio Forestal Brasileño y la demarcación de tierras indígenas al Ministerio de Agricultura; la pérdida de la Agencia Nacional del Aguas; y la desaparición de la Secretaría de Cambio Climático; además de las amenazas de desmantelar áreas protegidas, reducir el Consejo Nacional de Medio Ambiente y eliminar el Instituto Chico Mendes para la Conservación de la Biodiversidad.