Gina tenía 28 años cuando fue asesinada. La mañana del 20 de septiembre de 2021 fue apuñalada por un hombre, según algunas testigos, y murió 16 horas después de ser trasladada al hospital San José, ubicado en el distrito del Callao, donde vivía y laboraba.

Desde entonces se inició una investigación que recogió testimonios y videos en los que se observa al presunto agresor. Sin embargo, a más de un año de su asesinato, la densa carpeta fiscal perteneciente a la Quinta Fiscalía Provincial Penal Corporativa del Callao y firmada por el fiscal Jimmy Mansilla, se encuentra en el limbo. El autor del crimen camina impune por las calles de Boca Negra amedrentando con su sola presencia a más mujeres. 

El día del asesinato 

Gina era una mujer trans migrante que nació en la provincia de Coronel Portilla en Ucayali. Al llegar a Lima se dedicó al trabajo sexual. Su lugar recurrente era la avenida Tomás Valle en el Callao. Vivía en la habitación 309 del hostal Aeropuerto, ubicado en la misma avenida, donde solía reunirse con amigos y amigas tras sus horas de trabajo. 

“Gina siempre fue una mujer alegre, le gustaba tomarse sus traguitos y era muy sociable. Nunca habíamos sido muy cercanas, nos llevábamos bien, siempre con cordialidad, pero justo una noche antes me invitó a su cuarto a tomar algo, y conversamos de muchas cosas, ella siempre era muy alegre pero albergaba una pena en el corazón”, nos contó su amiga y compañera de oficio. 

La madrugada previa a su asesinato, el 19 de septiembre, Gina fue con algunas amigas a una discoteca. Invitó a Michelle, otra de sus compañeras, pero ella, sin saber que la siguiente vez que vería a su amiga sería apuñalada en su propia habitación, decidió no acompañarlas. Gina regresó al hotel por la noche y no volvió a salir de pie. 

“Ella había llegado el domingo en la noche muy tomada e ingresó a su habitación y no salió para nada hasta el día lunes que me indicó que dejara pasar al chico”, se lee en la redacción del testimonio de Yarit Gonzales, recepcionista del hotel. 

La noche previa a su asesinato, Gina se había comunicado con algunas de sus amigas, las invitó a tomar algo en su habitación, pero ninguna aceptó.

“Ella incluso llamó a su ex pareja y envió una foto del chico con el que estaba, pero ya no se sabe más porque él robó su teléfono”, contó otra de las amigas de Gina. 

De lo ocurrido las horas posteriores se sabe muy poco, sin embargo, alrededor de las 6 de la mañana, como mencionó Yarit, Gina pidió que dejaran ingresar a “su amigo”, quien se registró con el nombre de Ángel Gutiérrez. En promedio dos horas después, él salió corriendo de la habitación, dejando el cuerpo de Gina desnudo y sangrando en el suelo. 

Tras el ataque, dos personas auxiliaron a Gina: Yarit y Michelle, pero poco pudieron hacer. Según el informe médico, Gina ingresó a cirugía por un trauma abdominal abierto. A las 03:20 de la mañana del martes 21 de septiembre, Roy Rodríguez, hermano de Gina, recibió una llamada en la que le informaron su muerte. 

“Ángel Gutiérrez”, el presunto asesino

Según la recepcionista del hostal, Yarit Gonzales y Ammy, su amiga, el presunto asesino habría frecuentado antes tanto a Gina como a sus compañeras, al parecer, como un cliente. Sin embargo, ninguna de sus amigas considera que sería un compañero, conocido o amigo cercano de Gina. Según lo que se lee en la declaración de Michelle, en su agonía, Gina aseguró no conocer a su agresor y no pudo dar más detalle respecto al sujeto que se registró con el nombre de Ángel Gutiérrez. 

Según las diligencias policiales, se pudo entrevistar a diversos testigos que podían reconocer al autor del crimen. Uno de ellos fue Luis Alfredo Sánchez Guedo, un limpiavidrios de la zona, quien aseguró que el presunto asesino era de nacionalidad venezolana y que podía reconocerlo a la vista. 


Asimismo, gracias a diversas declaraciones se pudo establecer una posible ruta de escape del agresor, la misma que es señalada en la carpeta fiscal. Muchas de las personas entrevistadas vieron a “Ángel Gutiérrez” correr y detallaron reconocer sus características físicas. 

Pese a que, según lo indicado tras las diligencias, el nombre utilizado por el presunto agresor, era falso y no se encontró información en el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (RENIEC), existe una forma más de reconocerlo. Al lado del hostal en el que sucedieron los hechos, una sala de juegos tenía cámaras en la posición precisa para captar las imágenes de las personas que ingresaban y salían del lugar. 

Según lo conversado con el abogado Jorge Castillo, quien actualmente lleva el caso de Gina, se visualizaron tres videos en los que se corrobora la descripción que dieron sobre el presunto asesino, así como la hora de su ingreso y salida. Aún así, con esta información y tras un año de ocurridos los hechos, no se supo más de la investigación. 

Exigen justicia 

Las compañeras de Gina, agrupadas en la Asociación Civil de Mujeres Trans ‘Amigas por Siempre’, han protestado ante la indiferencia que perciben frente a este caso. Taki Robles, directora ejecutiva de la asociación, comunicó a Wayka que ante su exigencia en la Fiscalía del Callao, le indicaron que la investigación habría sido archivada. 

“En el caso de la entrevista que tuve con el fiscal, él me dijo claramente que no había encontrado suficiente evidencia para identificar a las personas. Que los videos y las imágenes no garantizan que él sería el asesino, que a pesar de que estuvo en la fecha y la hora puede haber sido otra persona”. 

Sin embargo, el abogado Castillo comentó para este medio que no se había enviado una notificación que mencione un archivamiento del caso, sino que simplemente se dejó de notificar al respecto. “Nosotros desconocemos formalmente todo. No nos han comunicado si la investigación continúa, cuál es el resultado final, si van a formalizar denuncia o la están declarando sin derecho a formalizar, lo cual sería un grave error porque según lo dicho por la recepcionista, ella declara cómo sucedió desde su ingreso hasta la salida que es corroborada por las cámaras. Además se sabe que es venezolano y el primer nombre y apellido del susodicho (…). Así no tuvieran la identidad real, tienen las cámaras y les corresponde hacer algo”. 

Además acotó que “muchas veces la Fiscalía duerme los casos por meses y años, y luego los archivan. Esto es un actuar común en muchas fiscalías, y es lo que pretenden hacer con el caso de Gina. Por ello he exigido que se ordene continuar con la investigación”.

Para fines de octubre, tras insistencia del abogado, se le informó de la decisión de no continuar con la investigación preparatoria y proceder al archivo. Al respecto, Jorge Castillo, quien además lleva la defensa ad honorem, mencionó que interpondrán un recurso impugnativo de queja: «Esto equivale a una apelación, para que la Fiscalía Superior la reexamine y corrija y ordene que se continúe con la investigación preparatoria».

Pese al temor existente y a las agresiones que viven constantemente como mujeres trans y trabajadoras sexuales, las compañeras de Gina seguirán exigiendo justicia para ella y para todas. Según lo comentado por Zoe y Taki, las mujeres trans agrupadas buscarán seguir sensibilizando a sus compañeras y se han comprometido a que este asesinato no quede impune.

“Yo no estoy aquí solo por Gina, estoy aquí por todas las chicas que han visto sus casos archivados, por tantas estadísticas”, mencionó una de sus compañeras.

Y puso énfasis en una realidad perversa que las humilla e invisibiliza. “Esta lucha es por las que ya han sido agredidas, por las que viven con temor y por las que vienen, porque lamentablemente una nunca sabe, y es posible que haya más casos después porque pudo haber sido cualquiera”.