En el presupuesto 2022, el Ministerio de Salud recortó el 45% del dinero que hubo este año para la prevención y atención del VIH, en medio de denuncias por la escasez de medicamentos antirretrovirales, falta de pruebas y nula atención psicológica en regiones. El presupuesto público para esta población viene reduciéndose desde 2020, a pesar de que los casos de VIH van en aumento.
Por Nicol León
‘Carlos’, de 54 años, solía consumir dos pastillas antirretrovirales necesarias para que el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) no se expanda en su organismo. Para concluir que este tratamiento era el que mejor asimilaba su cuerpo, había pasado por múltiples consultas en el Hospital Santa Rosa de Piura.
En setiembre de 2020, decidió afiliarse al Seguro Social de Salud (Essalud), por lo que debía empezar a recoger sus medicamentos en el Hospital Regional José Cayetano de Piura. Tras acudir a sus primeras visitas, le informaron que no tenían las pastillas que él usaba y que, por lo tanto, debía empezar a tomar otras: tres en la mañana y dos en la noche.
—¿Por qué me están cambiando la medicación? —reclamó.
—Hay desabastecimiento. Es un problema que viene desde Lima —respondió una trabajadora del Hospital Regional José Cayetano de Piura, administrado por el Seguro Social de Salud (Essalud).
Tomaron esta decisión a pesar de que los tratamientos solo pueden modificarse si es que las pastillas no combaten al virus o causan efectos secundarios en las personas con VIH, según la Norma Técnica de Salud de Atención Integral del Adulto con Infección por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), aprobada en diciembre de 2020. En ningún apartado mencionan que la escasez de medicamentos es motivo para recetar otras pastillas y modificar las dosis.
Con los nuevos medicamentos, Carlos empezó a sentir fuertes dolores de cabeza durante 15 días; también le aparecieron heridas en la boca y en la garganta.
—Eso es perjudicial porque, más que curar, fomenta el abandono del tratamiento. Muchas personas han dejado de tomar un mes o un mes y medio debido al miedo que causaba el nuevo tratamiento —cuenta.
Personas con VIH presentaron 276 quejas de este tipo ante el Grupo Impulsar de Vigilancia del Abastecimiento de Antirretrovirales (GIVAR) hasta el 6 de octubre de este año. Además del desabastecimiento de medicamentos, las denuncias revelaban escasez de insumos médicos, cambios en la entrega de pastillas antirretrovirales y trabas en la atención de salud.
MENOS PRESUPUESTO
El ministro de Salud, Hernando Cevallos, expuso ante el Congreso de la República que para el 2022 habrá 128 millones 300 mil soles menos de presupuesto que este año en atención y prevención del VIH, SIDA y tuberculosis (TBC).
Esto quiere decir que habrá un 45% menos de dinero para adquirir medicamentos, reactivos para las pruebas de detección de VIH, preservativos, hormonas, entre otros insumos que necesitan las personas con VIH. También afectaría en los sueldos de los trabajadores y en las campañas de prevención de VIH.

El sector Salud recortó el presupuesto público para esta población a pesar de que entre enero y el 3 de diciembre de 2021 se presentaron 5480 casos nuevos de VIH, 185 más que en 2020, según el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades del Ministerio de Salud (Minsa).

Mauricio Gutierrez, vocero del Comité Nacional de Redes de la Alianza liderazgo en positivo y poblaciones clave, explica que cada año hay nuevas infecciones, por lo que el presupuesto público proyectado para el 2022 (157 millones 600 mil soles) agudizará los problemas para acceder a los servicios de atención, que ya afrontan las 91 mil personas que viven con VIH en el Perú.
“No hubo una explicación sobre cuáles son los motivos o los indicadores que obedecen a esta reducción. Algunas organizaciones como GIVAR ya han enviado cartas reiteradamente al Ministerio de Salud y a la Presidencia del Consejo de Ministros para poder averiguar cuál es el motivo de esta reducción, pero hasta el momento no hay respuesta”, comenta.
Al haber menos dinero para adquirir medicamentos antirretrovirales en 2022, aumentaría la probabilidad de que personas con VIH suspendan su tratamiento. El médico infectólogo Eduardo Matos señala que, cuando esto sucede, el virus se expande en el organismo y, por lo tanto, disminuyen las células de defensa, llamadas CD4. Así, las personas con VIH quedan expuestas a padecer cualquier tipo de enfermedad.
“Ningún paciente debería suspender la terapia antirretroviral una vez iniciada. (…) El objetivo de la terapia antirretroviral es mantener al virus sin replicación. O sea, que no se divida, que no se multiplique. El mismo día en que el paciente abandona su terapia, el virus empieza a replicarse y eso lógicamente hace que se retroceda en todo lo avanzado”, aclara.
Cuando no se consumen las pastillas antirretrovirales, el VIH se expande en el organismo y puede generarse una infección, que en etapa avanzada, es conocida como SIDA. En este estadío, el sistema inmunológico de la persona se deteriora, por lo que es propensa a sufrir cualquier enfermedad y fallecer.
Durante 2021, 759 personas fueron diagnosticadas con SIDA, 81 casos más que en 2020.

DEMANDAS NO RESUELTAS
El presupuesto público para atender a personas con VIH viene reduciéndose desde el año 2020. Primero quitaron 34 millones 200 mil soles. Ahora, la reducción equivale a 128 millones 300 mil soles.
La disminución del dinero para personas con VIH y la llegada de la pandemia del coronavirus, en marzo de 2020, agravaron las deficiencias en los servicios de salud que ya se venían denunciando en años anteriores. Estos problemas aún no se regularizan.
Además de la escasez de medicamentos, Mauricio Gutierrez, del Comité Nacional de Redes de la Alianza liderazgo en positivo y poblaciones clave, señala que también se hicieron modificaciones en la entrega de pastillas antirretrovirales.
Mucho después de la llegada de la pandemia del coronavirus, durante octubre y noviembre de 2021, cerca de 15 personas con VIH, que residen en Piura y Tumbes, dejaron de recibir dosis para tres meses. Por la escasez de las pastillas antirretrovirales, Essalud empezó a darles tratamiento solo para una semana o dos. Algunos abandonaron sus tratamientos porque viven en zonas alejadas y no pueden viajar cada semana para recoger los medicamentos.
DAÑOS EN SALUD MENTAL
A esto se suma la falta de psicólogos que, según la norma técnica 169-MINSA/2020/DGIESP, debe asegurarse siempre que haya “disponibilidad de recursos humanos”.
‘Pablo’ señala que, incluso antes de la pandemia del coronavirus, en los hospitales Goyeneche y Honorio Delgado de Arequipa, no hay psicólogos que ofrezcan acompañamiento a las personas con VIH.
—La justificación es que no hay presupuesto, que el personal se requiere en otras áreas. No había cómo priorizar este tema importante para la población con VIH, que es una población considerada como vulnerable en el Plan Nacional de Derechos Humanos —dice.
Liliana Castro, psicóloga que acompaña a personas con VIH, explicó que esta población necesita mantener alto su sistema inmunológico para impedir que el virus se expanda en su organismo. En ese sentido, el apoyo emocional es clave.
“Sabemos que el sistema inmunológico se mantiene alto cuando la persona está emocionalmente sana y fuerte. Cortarle la facilidad de atención o cortarle el presupuesto para las medicinas los va a tener realmente en riesgo de perder la condición que tienen de un conteo alto de CD4 y un conteo bajo de carga viral”, explica.
‘Carlos’ cuenta que desde 2017 exige la implementación de psicólogos en el Hospital Santa Rosa de Piura. Recién este año pudieron contratar a estos especialistas. “Era el clamor de la mayoría de personas con VIH”, agrega.
Sin embargo, en otros hospitales de la región donde reside aún no hay psicólogos. Para acceder a uno, la persona debe sacar cita y esperar varios meses a que llegue su turno.
El panorama desolador que causa el recorte haría imposible llegar a las metas propuestas al 2030 que exige el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA. Estas consisten en asegurar que el 95% de personas con VIH conozcan su diagnóstico, que el 95% accedan a tratamiento antirretroviral y que el 95% logren reducir su carga viral con tratamiento. Retrocesos que nos llevarían a incrementar los casos.
Ante esto, la Alianza liderazgo en positivo demanda que los gobiernos locales y regionales tomen acción en la atención y prevención del VIH. “Llegar a la meta va a ser muy difícil si es que las políticas actuales no responden y el presupuesto sigue reduciéndose”, alerta Mauricio Gutierrez.