El Jefe de la SUNAT, Víctor Shiguiyama, está comprometido en el caso de los cócteles de Keiko, según ha revelado Hildebrandt en sus Trece. Pero más allá de ello ¿ha hecho un buen trabajo este ex – empleado de Yoshiyama? En estos dos años y tres meses que está en el cargo su mayor logro es haber aumentado las devoluciones a las grandes empresas, en especial mineras, que pasaron de recibir 2 mil millones de soles anuales a 6 mil millones de soles anuales. Mientras tanto, los impuestos y regalías que se supone debería recaudar la SUNAT, que eran 16,7 por ciento del PBI el 2015, bajaron hasta 15,0 por ciento el 2017.
En esencia: el cobro de impuestos y regalías por parte del estado está pésimo. Debe recordarse que ese 15 por ciento de recaudación que tenemos ahora es realmente mínimo; el promedio latinoamericano es 6.6 puntos más que el Perú y el promedio de la OCDE es 18 puntos más que el nuestro. Las consecuencias están a la vista: nuestra educación y salud pública están hasta las cangallas por falta de presupuesto. Frente a este enorme problema ¿cuál ha sido el desempeño de Shiguiyama en los pasados 2 años y 3 meses? Muy malo, porque la recaudación ha caído aunque el 2017 los precios de nuestras exportaciones, mayormente primarias, aumentaron un sustantivo 13 por ciento. Es decir, aún con un fuerte alza de las ganancias de las empresas mineras, recaudó menos. Si hubiera que ponerles nota, estos resultados merecen no más de 05.
Una de las razones principales porque no sea elevado los ingresos fiscales que nos permitan mejorar nuestra educación es precisamente la devolución especial y super-rápida de impuestos a las grandes empresas mineras nacionales y extranjeras, que tienen este privilegio del que no gozan, por supuesto, las pequeñas o microempresas. Entre los beneficiados por los 4 mil millones de soles adicionales otorgados con gran celeridad están los grupos Benavides y Brescia, por ejemplo, aportantes a la bolsa de 2 millones de dólares que juntó la Confiep para darle un apoyo extra a Keiko el 2011, de lo que nos enteramos gracias a la confesión de Jorge Barata de Odebrecht. ¿Coincidencia?
Seamos justos: no todo es responsabilidad de Shiguiyama; buena parte corresponde a las políticas económicas de PPK a las que, lamentablemente, Vizcarra ha dado continuidad. Nuestro presidente está enfrentando la corrupción y debemos apoyarlo por eso a fondo, pero parece no percatarse que tiene el enemigo dentro de casa. Acabamos ver el caso de la Jefa de Migraciones de Tumbes, esposa del congresista fujimorista, facilitando la fuga de Hinostroza.
El gobierno debe sacar a Shiguiyama de inmediato: además de estar directamente comprometido en el caso de los cócteles suscribiendo aportes falsos, ha nombrado como Intendenta Nacional de Aduanas – es decir jefa de todas las aduanas del país a- a quien fuera tesorera de Fuerza 2011 Cecilia Matsuno, quien además de firmar todas las cuentas trafeadas a la Onpe firmó personalmente supuestos aportes de ¡medio millón de soles!.
Pero ahí no acaba la tarea: el gobierno también debe enfrentar el desangre que significa esas enormes devoluciones y exoneraciones tributarias que tienen algunos grupos privilegiados, que se mantienen gracias a poderosos lobbies en el Congreso. De lo contrario, esta otra corrupción, la de un estado carcomido por grandes intereses privados que consiguen leyes especiales a su favor, será ganándole a la educación y la salud pública.