Por Danitza Alipio
Aunque se reconoce como un acto de violencia de género, aún no existe normativa que regule y sancione la violencia obstétrica de forma explícita
La violencia obstétrica en el Perú ha sido reconocida de forma explícita como un acto de violencia contra las mujeres desde el 2016. Sin embargo, según el Informe de Adjuntía N° 023-2020-DP/ADM Violencia obstétrica en el Perú desarrollado en conjunto entre la Defensoría del Pueblo y el Fondo de Población de las Naciones Unidas en el Perú (UNFPA), no existe normativa que aborde de manera explícita la violencia obstétrica.
En consecuencia, tampoco existe un procedimiento específico para investigar y sancionar la violencia obstétrica en el sector salud, y las opciones de las víctimas se ven limitadas a procesos administrativos apelando a normativas como la Ley N° 29414, “Ley que establece los Derechos de las Personas Usuarias de los Servicios de Salud”. Dichas denuncias se gestionan y monitorean a través de la entidad encargada, SUSALUD, sin embargo no se trata de una entidad especializada y, en muchas ocasiones, no reciben las demandas de forma oportuna.
Según Ila Chirinos, obstetra y coordinadora de la organización Obstetras Feministas, ”esto es una gran barrera en el momento en el que queremos visibilizar la violencia obstétrica y luchar contra ella. No existe un organismo que se encargue de sancionar este tipo de casos. Se han podido hacer denuncias a través de SUSALUD, pero son poquísimos los casos (…) Yo me he topado con muchas mujeres que han sido víctimas y no las han querido atender aduciendo que son cosas subjetivas y que no se pueden esclarecer precisamente por esa naturaleza”.
Además, acotó que aunque los testimonios existen, tampoco hay un observatorio que pueda controlar las cifras de casos de violencia obstétrica, por lo que se dificulta hacer un seguimiento al respecto.
Pese a que el 2021 se publicó la NTS Nº 180-MINSA/DGIESP-2021, Norma Técnica de Salud para la Prevención y Eliminación de la Violencia de Género en los Establecimientos de Salud que brinden Servicios de Salud Sexual y Reproductiva, para el colectivo Obstetras Feministas, sigue siendo un problema que no se visibilice este tipo específico de violencia.
“Si no logramos una denominación estandarizada, uniforme, se nos dificultará poder reconocerla (la violencia obstétrica). Es mucho más complejo que una persona pueda reconocer algo que no tiene nombre”, mencionó Chirinos.
De acuerdo con la representante de la organización, resulta de suma importancia que se trabaje este reconocimiento, primero, a través del sistema sanitario. Sin embargo, para la especialista, “al personal de salud le cuesta muchísimo reconocer lo violentas que pueden ser sus prácticas, sus atenciones obstétricas y ginecológicas”.
A veces piensan que esto va en contra de las y los profesionales y nada tiene que ver con ello (…) Los esfuerzos del Ministerio de Salud van dirigidos a ponerse a la defensiva en vez de enfocarlos en continuar con los estudios que se han dicho que se van a empezar en relación con violencia obstétrica. Ahí vemos cuál es la prioridad”. acotó al respecto.
La violencia obstétrica y sus consecuencias
Según el Informe de Adjuntía N° 023-2020-DP/ADM Violencia obstétrica en el Perú, la definición de violencia obstétrica en el Perú ha sido desarrollada únicamente en el Decreto Supremo N° 008-2016-MIMP, que aprueba el “Plan Nacional Contra la Violencia de Género 2016 – 2021”.
En este documento, se entiende el término como “todos los actos de violencia por parte del personal de salud con relación a los procesos reproductivos y que se expresa en un trato deshumanizador, abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales, que impacta negativamente en la calidad de vida de las mujeres”.
Según este Informe, el Plan Nacional propone cuatro aspectos que deben estar implicados para hablar de violencia obstétrica: i) existe un acto de violencia, ii) este acto es producido por personal de salud, iii) el acto se desarrolla en relación a los procesos reproductivos, y iv) el acto impacta negativamente en la calidad de vida de las mujeres.
Sin embargo, es importante mencionar que también existe un impacto negativo en los recién nacidos. Así lo mencionó Chirinos durante la entrevista: “Que se practique, por ejemplo, la maniobra de Kristeller, es un daño físico para la mujer pero también para el bebé que está naciendo, puede ocasionar rotura de clavícula o daños en los nervios del plexo braquial, que es una zona por el hombro, y así, una serie de problemas ”.
Además, métodos como la episiotomía (cirugía menor que ensancha la abertura de la vagina durante el parto), que muchas veces se aplica de forma innecesaria, según explica Chirinos a Wayka.pe, generan “temor en la mujer a ejercer nuevamente su sexualidad”, producto de estas experiencias traumáticas.
Obstetras feministas
La organización Obstetras feministas tiene como misión la lucha y visibilización de la Violencia obstétrica, así como promover la defensa de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y disidencias, realizar campañas de salud diversas, talleres, charlas, conversatorios en relación a los derechos sexuales y reproductivos y ser una organización aliada de otras luchas que consideremos justas.
Además, como obstetras buscan la promoción de los derechos desde una postura en favor de la libertad y autonomía. “Hoy en nuestro día internacional, por ejemplo, desde el Colegio de Obstetras se ha hecho todo un ritual para reconocer nuestra labor, pero esto es algo maquillado. Si bien sabemos lo que debemos hacer en el cotidiano, no se realiza porque hay un sesgo religioso que tiene consecuencia en las atenciones de las mujeres y las disidencias”.
Por ello, las activistas buscan generar espacios en los que se respete la autonomía y libertad de las mujeres y las disidencias, y además proponer charlas y actividades que ayuden a capacitar a más profesionales desde una perspectiva que proteja a las pacientes durante la actividad reproductiva.