Escribe Carlos A. Bedoya

El profesor Francisco Durand acaba de publicar un súper interesante libro sobre los que mandan en el Perú. Se trata de una radiografía de las élites del poder económico local, que muestra caso por caso, sus intereses, alianzas, recursos, trampas, influencia en Gobierno y el Congreso, entre otros aspectos desde una mirada social.

Según Durand en “Los doce Apóstoles de la Economía Peruana”, seis familias de Lima y seis de origen provinciano, conforman hoy los grupos económicos más importantes del país. Aunque los capitalinos, siguen siendo hegemónicos (por controlar el sector financiero), un primer cambio en los dueños del Perú respecto del siglo pasado, es la emergencia de las élites del interior.

Otro tema es el grado de transnacionalización del capital a la interna de los grupos económicos. Mientras que la mayoría de grupos limeños han admitido una alta participación de inversionistas extranjeros en su composición accionaria, los grupos provincianos son más cerrados al núcleo familiar. Durand apunta que si bien las élites limeñas siguen teniendo la dirección de sus empresas, la tendencia de apertura al capital extranjero hace vulnerable ese control, y hará que al final, las familias provincianas predominen como grupos de poder económicos nacionales.

¿Quiénes son los Doce Apóstoles? Por Lima: Benavides (Minera Buenaventura, dueña a su vez de Yanacocha y la del lío de Conga); Graña & Montero (constructora socia por excelencia de Odebrecht y vinculada al Grupo El Comercio); Brescia (medio dueños del BBVA, de la pesca y otros); Ferreyros (Comercio y maquinaria pesada para construcción); Rodríguez Pastor (los dueños de Interbank, Plaza Vea, Oechsle, Bembos, Cineplanet, Vivanda, Promart, etc. bastantes cercanos a PPK y jefes por años del actual Ministro de Trabajo); y Romero (BCP, AFP Prima, Grifos Primax, Alicorp, etc.).

Por provincias: Rodríguez Banda originarios de Arequipa (Grupo Gloria, los de la “leche” Pura Vida); Añaños, originarios de Ayacucho (Ajegroup, los de Kola Real y otras gaseosas); Dyer (Camposol), originarios de Pucallpa; Acuña (ex candidato presidencial empresario de la educación privada con fines de lucro, Universidad César Vallejo) originario de Cajamarca; Huancaruna (Café Altomayo) originarios de Cajamarca; y Flores (dueños de la antisindical empresa de prendas de vestir Topi Top).

Un elemento que separa a estas familias es sin duda la etnicidad, lo que hace que en un país tan racista como el Perú, los grupos limeños no tengan espacios de socialización con los grupos de origen provinciano. Algo como que los blancos ricos del Club Nacional no admiten a los marrones emergentes de provincia.

Un elemento que los une es su búsqueda de influencia en la política: dación de leyes que los benefician, sacada de vuelta al fisco o la justicia, beneficiarse de asociaciones público privadas, etc. Para ello tienen distintas metodologías siendo una común el financiamiento de campañas electorales de congresistas, presidentes, alcaldes, gobernadores, etc. Algo de lo menos transparente en el Perú.

Los grupos limeños del sector financiero están bastante ligados a PPK. Si antes influenciaban gobiernos, hoy tienen su propio gobierno desde las sombras.

Finalmente, los doce, como burguesía peruana, no dan la talla para relanzar nuestra economía en crisis y eso lo estamos viendo.

*Columna publicada en la edición impresa de Diario Uno