Reciente informe de Naciones Unidas, que recoge información de la Policía Nacional y el INPE, concluye que solo el 0,15% de venezolanos en el Perú fueron denunciados por cometer algún delito, en comparación con el 1,5% de población peruana. Es decir, la criminalidad en el país la siguen liderando nuestros mismos compatriotas, en razón de 10 a 1 con población venezolana.
De acuerdo con el estudio “Migración e incidencia delictiva en el Perú”, realizado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), de las Naciones Unidas, el porcentaje de venezolanos que cometen algún tipo de crímenes es inferior que el de peruanos. Las estadísticas proporcionadas por la Policía Nacional y el Instituto Nacional Penitenciario (INPE), dejan sin sustento los comentarios xenófobos que relacionan la migración venezolana con la delincuencia.
Los datos revelan que en 2023, los peruanos fueron denunciados 4 veces más que los venezolanos por delitos patrimoniales (robo, hurto y extorsión): 98 de cada 100 mil venezolanos fueron acusados en comparación a 412 de cada 100 mil peruanos. Asimismo, 18 de cada 100 mil ciudadanos venezolanos recibieron denuncias por delitos contra la libertad, incluido violación sexual, una cifra menor en relación a los 111 de cada 100 mil peruanos denunciados por este crimen.
Por su parte, los venezolanos solo representan el 3,4% de personas en las cárceles, mientras que la vasta mayoría de la población penitenciaria son peruanos (95,2%).
El informe de la OIM resalta que la criminalidad en el Perú mostraba un aumento desde antes de la ola migratoria venezolana, por lo que en realidad se trata de un sesgo xenófobo el vincular la delincuencia con este fenómeno social.
Esto desencadena en que la mayoría de venezolanos que son denunciados llegan a ser condenados a prisión. Es decir, si alguien denuncia a un migrante venezolano en Perú, son mayores las probabilidades de que este sea detenido y sentenciado, a diferencia que si denuncia a un peruano.
Otra problemática que se ha dejado de lado, según la Organización Internacional para las Migraciones, debido a prejuicios y discriminación, es la vulnerabilidad aa que se enfrentan los ciudadanos venezolanos migrantes. “Es fundamental desarrollar estudios que evalúen el impacto de la inseguridad en la vida de las personas migrantes, que muchas veces se encuentran más expuestas a riesgos y tienen más dificultad de acceder a mecanismos de protección y justicia. Al mismo tiempo, considerar que la población migrante venezolana, tal cual la peruana, puede ser también víctima de delitos en lugar de únicamente como presunta victimaria, contribuye a desmitificar estereotipos negativos y prejuicios”, señala.
Finalmente, la OIM recomienda que el Estado peruano implemente programas de sensibilización y educación pública “para combatir la xenofobia y corregir percepciones erróneas sobre la supuesta vinculación entre migración y criminalidad”.