La defensa de sus territorios les ha costado la vida. Mariano Isacama Feliciano se une a la lista de los 35 líderes indígenas asesinados en la última década, según Aidesep. ‘Perú’, como era conocido afectuosamente, fue hallado muerto y con signos de tortura en la rivera del río Yurac, en el distrito Aguaytía, departamento de Ucayali, luego de 23 días de su desaparición. 

A fines de junio, la Federación Nativa de Comunidades Kakataibo (Fenacoka) reportó la desaparición de su líder Mariano Isacama Feliciano, quien recibía amenazas de muerte por defender su comunidad ante la minería ilegal y el narcotráfico. 

Pese a la denuncia policial y el pedido constante de búsqueda por parte de la comunidad, líderes indígenas denuncian la inacción del Estado. “Con la fuerza de la guardia kakataibo, con la fuerza de los jefes de comunidades y de los líderes de este territorio ancestral, hemos iniciado la búsqueda sin participación del Estado”, resalta el apu Jamer Magno López Agustín, presidente de la Organización Regional Aidesep Ucayali (ORAU). 

La amazonía peruana se ha vuelto el blanco de ataques a defensores ambientales. Las cifras de líderes indígenas asesinados no son exactas. La Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep) señala que 35 defensores ambientales indígenas fueron asesinados en la última década. Por su parte, la ONG Global Witness, que estudia abusos de los derechos humanos en todo el mundo, reporta 54 asesinatos entre el 2012 y 2022. Desde el 2020, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH) registra 24 defensores ambientales y líderes indígenas desaparecidos y asesinados. 

Pese a que la amazonía peruana se ha vuelto el blanco de ataques a defensores ambientales, las cifras de líderes indígenas asesinados no son exactas. La Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep) señala que 35 defensores ambientales indígenas fueron asesinados en la última década. Por su parte, la ONG Global Witness, que estudia abusos de los derechos humanos en todo el mundo, reporta 54 asesinatos entre el 2012 y 2022. Desde el 2020, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH) registra 24 defensores ambientales y líderes indígenas desaparecidos y asesinados. 

Las cifras varían y demuestran la indiferencia del Estado peruano para contar con un registro exacto de estos crímenes a defensores de derechos humanos. Sobre todo, si se toma en cuenta que existe un “Plan de protección de Reserva Indígena Kakataibo”, del Ministerio de Cultura y un “Mecanismo intersectorial para la protección de las personas defensoras de derechos humanos”, a cargo del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.

El Perú es uno de los diez países más peligrosos del mundo para defensores ambientales, señala un estudio de Global Witness. ¿Por qué? Sobre todo por las mafias de narcotraficantes y mineros ilegales. 

La Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) ha publicado en su último informe que Ucayali presentó un incremento de más del 400% en cultivos ilícitos de hoja de coca del 2018 al 2023. Esta región, junto con Loreto, fueron las que presentaron un mayor aumento del cultivo ilegal.  “Las alertas están claras sobre la presencia del narcotráfico en la zona y cada vez avanzan más los cultivos ilegales. No hay una solución política frente al asunto, no ha habido mayor seguridad territorial para los Kakataibo”, señala Vladimir Pinto, de Amazon Watch Perú.

Asimismo, el apu Jamer López resalta que de los 35 asesinatos de líderes indígenas, ninguno ha encontrado justicia. Advierten, además, lo que sería el procedimiento de quienes están matando a defensores ambientales y líderes indígenas. “Este sería un nuevo modus operandi para desaparecer las evidencias de los asesinatos, dejando que se descompongan los cuerpos para dificultar las labores de identificación de los responsables y las causas de las muertes”, señala Aidesep en un su último comunicado. Por ello, demandan una investigación transparente y oportuna, para que el caso de Mariano Isacama Feliciano no quede impune.