Esta semana salieron a luz nuevos testimonios del caso del “club de la construcción”, mafia de las mayores empresas constructoras del Perú que coimearon con millones para robar en obras del gobierno. Las empresas son GYM, ICCGSA, JOHE SA, Grupo Plaza, Constructora San Marín Obrainsa, Málaga, Cosapi, OAS, Odebrecht, Andrade Gutiérrez, Mota-Engil, Queiroz Galvao y HyH Casa. Estamos hablando de lo más graneado de los grandes empresarios en el Perú.

Las coimas, según un colaborador eficaz de la fiscalía, han sumado 17 millones de dólares (unos 56 millones de soles) y equivalían a un 3 por ciento de valor de cada obra para los altos funcionarios del gobierno, de donde se puede deducir que al menos unos 1,800 millones de soles en obras públicas se hicieron bajo este modelo de corrupción. Estos “empresarios” no reconocen nada, no colaboran nada con la fiscalía, obstruyen la justicia todo lo que pueden y cuando ya les va a caer la noche, se fugan.

Un caso recientemente revelado de este “club” es el de la rehabilitación de la carretera Huaura – Sayán, encargado a la sociedad conformada por Andrade Gutiérrez  y la peruana JJC contratada por 531 millones de soles, 40 millones por encima del valor referencial. Pagaron 809 mil dólares en coimas. Andrade Gutiérrez es una de las empresas brasileñas corruptas perseguidas en varios países; JJC se llamaba antes J. y J. Camet, empresa del ex – presidente de Confiep y ex –ministro de economía de Fujimori, encarcelado en su momento, que tuvo como asesor estrella a Roberto Abusada, el ideólogo neoliberal de “El Comercio”.

El ministro de transportes cuando funcionó esta mafia del “club de la construcción” era Carlos Paredes Rodríguez, un destacado empresario, gerente general por 21 años (1990-2011) de la empresa Alprosa del grupo Backus. Carlos Paredes tuvo cargos directivos en la Sociedad Nacional de Industrias, siendo presidente de uno de sus comités. Paredes siguió siendo parte de estos grupos durante los años en que apoyó la pareja Humala-Heredia rumbo al gobierno y recién renunció cuando fue hecho ministro.

¿Y la Sunat que podría hacer? Resulta que las coimas se pagaban contra facturas por servicios ficticios de una empresa llamada Lual Contratistas Generales. Según un ex trabajador “En Lual solamente trabajaba la parte contable, cuya función era justificar y hacer las declaraciones [ante Sunat]”…todas las facturas [de Lual] se emitieron, fueron presentadas y declaradas a la Sunat, pero Lual nunca realizó el trabajo […]. [La empresa] nunca hizo obras”. En el caso de la brasileña OAS su pantalla era la empresa uruguaya Bynkelor S.A., que facturó asesorías ficticias por 32 millones para encubrir las coimas en la Línea Amarilla, que se hizo por fuera del “club”.

Eso significa, por cierto, que esas empresas constructoras han descontado en sus declaraciones juradas de impuestos esas coimas como si fueran gastos, de tal manera que luego su contabilidad arrojaba menos ganancias y así pagaban menos impuestos. Como el impuesto a la renta de tercera categoría, que es el que afecta las ganancias empresariales, era entonces de 30 por ciento, de los 56 millones de soles de coimas del “club” estos sinvergüenzas recuperaron del estado17 millones de soles mediante impuestos reducidos. Lo de OAS serían otros 10 millones de soles en impuestos evadidos.

¿Aló Sunat? ¿Están prestando atención? Hay acá al menos 27 millones de soles que podrían recuperar. Está en los periódicos, no es nada que no sea de conocimiento público. Pónganse moscas, háganse una. Recuerden que el cargo por el que el gran capo mafioso Al Capone fue condenado fue por evasión tributaria.