Por Rafael Salgado
La llegada del papa Francisco a Perú ha puesto una vez más en debate el problema de la extracción de oro en Madre de Dios (MdD) y toda la depredación ambiental que esta supone. Más aún, ha puesto en debate la contradicción de este modelo de desarrollo con la conservación y protección de nuestros territorios, dónde el caso de MdD aparece como uno de los más dramáticos ejemplos. El papa, conocido popularmente como el papa ambientalista o el papa ecológico, se ha pronunciado diciendo: “La Amazonia es tierra disputada desde varios frentes: el neo-extractivismo… ciertas políticas que promueven la «conservación» de la naturaleza sin tener en cuenta al ser humano… y la minería ilegal”
Dejemos de lado por el momento la incoherencia que supone por un lado exigir mayor cuidado de la naturaleza, de los pueblos indígenas, es decir del ser humano, y por otro encubrir pedófilos, dejando desprotegidos a niños y niñas, es decir seres humanos. Además de que no ha dicho nada con respecto a los otros dramáticos ejemplos como la contaminación de la gran minería (La Oroya, corredor minera Las Bambas, o los derrames de petróleo en la Amazonía). Como su mensaje es escuchado, creo importante sobre esas palabras añadir algunos elementos.
El primero es que lo que sucede en MdD es un problema complejo que tiene diversas causas. Definitivamente sólo con revisar su historia se encuentra una relación entre el alza del precio del oro y los boom’s de extracción, es decir el neo-extractivismo del que habla el Papa. Esto no termina de explicar la alta migración que ocasiona, y por ello hay que entenderla también en relación a los niveles de pobreza económica que atraviesan la gran mayoría de peruanxs, que ven en la extracción del oro una posibilidad de salir de ella.
En segundo lugar, algo que pocas personas quieren decir, pues es más fácil criticar a un lado o al otro, son las conexiones probadas entre la minería ilegal y el comercio legal del oro. Es probado que más del 25% del oro extraído en Perú proviene de la minería ilegal[1]. Si se revisa el mapa de concesiones de madre de Dios y se superpone con el mapa de la minería ilegal se verá que se corresponden. Es decir que se realiza la minería ilegal en zonas concesionadas legalmente. ¿El Estado protege nuestra Amazonía de esa forma? Por otro lado la extracción es ilegal y altamente contaminadora, pero la venta termina siempre en canales legales, entonces de esta forma ¿no se está promoviendo la minería ilegal?
Finalmente, no se puede negar que hay intentos desde el Estado por afrontar esta situación. Tres son las medidas más promocionadas: la formalización, las interdicciones y las áreas naturales protegidas, esas políticas de conservación que mencionó Francisco. Estas medidas no han cambiado la situación y la depredación ambiental sigue a paso firme. Principalmente porque estas medidas están dirigidas a afrontar las consecuencias de la minería ilegal, pero no las causas.
Mientras no se afronten las causas todas las otras medidas serán saludos a la bandera. En este sentido, es necesario por un lado realizar controles al circuito de comercialización, que es actualmente el principal motivador de la minería ilegal (se compra el oro más barato para luego venderlo mucho más caro). Por otro lado, se debe promover desde el Estado, pero también desde los diversos sectores de la sociedad peruana, alternativas de vida concreta y sostenible.
El papa dijo también “La defensa de la tierra no tiene otra finalidad que no sea la defensa de la vida” Hoy que todo el gobierno muestra su “religiosidad cristiana” debieran ser coherentes con esta idea, y dar pasos concretos para hacer efectiva esa defensa, y no ser como los fariseos que denunció Jesús diciendo “Mira, ustedes, los fariseos, limpian por fuera la copa y el plato, pero por dentro están llenos de codicia y maldad. ¡Insensatos!”
[1] https://www.americaeconomia.com/negocios-industrias/extraccion-ilegal-de-oro-conozca-el-protagonismo-de-un-negocio-que-genera-us7000