Marcela Poirier podría ser privada de su libertad por dos años y medio si la jueza ampara la querella por difamación impulsada por el profesor principal de la PUCP Luis Jaime Castillo Butters. El docente la denunció después que ella lo acusara de hostigarla sexualmente.
Claudia Risco
Cuando Marcela Poirier leyó por primera vez las acusaciones por hostigamiento sexual en contra del exministro y profesor de la Pontificia Universidad Católica, Luis Jaime Castillo, se sintió identificada.
Durante una de sus clases, el catedrático le mostró contenido pornográfico, así lo recuerda la antropóloga. Un recuerdo que le hizo creer en los testimonios de las exestudiantes del exministro. Desde ese momento, ella decidió convertirse en activista por espacios universitarios libres de violencia. Su activismo se convirtió en un problema para Castillo Butters, quien la demandó por difamación, pide 2 años y medio de pena privativa de libertad, además de una reparación civil de 200 000 nuevos soles.
Hay noches en las que Marcela no puede dormir. Siente miedo cuando suena el timbre de su casa, porque piensa que podría ser otra carta notarial. En agosto de 2021, una demanda llegó hasta su puerta, Luis Jaime Castillo le exigía una reparación de 2 millones de soles. No procedió, sin embargo, el profesor principal de la PUCP apeló y el décimo Séptimo Juzgado Penal de Justicia de Lima con sede en Iquitos aceptó su petición. El 1 de marzo del 2022, el arqueólogo pidió 30 meses de cárcel y 200 000 soles por 17 publicaciones de redes sociales en las que ella difunde denuncias en su contra.
En la demanda, Luis Jaime Castillo señala que Marcela Poirier lo viene difamando por un año de manera sostenida en sus diferentes redes sociales como Facebook, Twitter, así como páginas en internet, el Congreso Nacional de Arqueología, el Museo de Pachacámac, la página web de los estudiantes de arqueología de la PUCP, las páginas web del departamento de Humanidades de la PUCP y de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la PUCP.
Pero ¿qué es lo que afirma Marcela Poirier sobre Luis Jaime Castillo? Ella sostiene -además de basarse en su experiencia personal- que es un hostigador, un acosador, un docente que tiene comportamientos sexistas y homófobos con sus estudiantes. ¿En qué se basa la antropóloga? El informe de la Comisión Especial para la Intervención frente al Hostigamiento Sexual de la PUCP indica que en el caso del catedrático hay indicios de hostigamiento sexual en contra de sus alumnas.
Las conclusiones del Informe
EL PODER
El informe de la Comisión Especial para el Hostigamiento Sexual de la PUCP se basó en la investigación de un reportaje que el periodista estadounidense Michael Balter publicó en su blog, donde recoge el testimonio de varias exalumnas de Luis Jaime Castillo que denuncian acoso sexual además de comentarios sexistas a las que fueron sometidas mientras el arqueólogo era su profesor. Las integrantes de la comisión parten del informe periodístico para iniciar las indagaciones. Conversan con profesores, estudiantes y exalumnos. Las denuncias son anónimas por el poder que detenta el aún profesor principal de la PUCP, eso concluye la investigación.
La ausencia de identificación de las testimoniantes no es un indicativo de falsedad e incredulidad, puede ser considerado como una muestra de temor y miedo a las posibles represalias y afectación a su vida profesional. “Debido al evidente poder y trascendencia que tiene el docente investigado en el ámbito de la arqueología en nuestro país”, sentencia el documento de la PUCP.
Reem Alsalem, relatora especial sobre la Violencia Contra la Mujer de la ONU, considera que el hostigamiento “es un ataque personal contra la mente y el cuerpo de la mujer, que provoca temor y viola el derecho a su integridad corporal, su educación y su libertad de movimiento. Se utiliza como un poderoso mecanismo de control e intimidación mediante el cual se mantiene la condición social subordinada de la mujer. Afectando directamente su autosuficiencia y perturbando su capacidad de ganarse
la vida”.
Es preciso señalar que Luis Jaime Castillo ha sido viceministro y ministro de la cartera de Cultura, docente en la Universidad de Harvard y en la Universidad de Standford en los Estados Unidos, así como autor de diferentes publicaciones sobre arqueología.
“Yo me contacté con las víctimas, pero se desanimaron a denunciar formalmente porque ese señor tiene mucho poder. Vamos, me está enjuiciando por difamación. Todo el mundo sabe el poder que tiene, eso da miedo. Yo estoy viviendo esas represalias en carne propia”, sostiene Marcela Poirier.
Ella fue la única que lo denunció formalmente. En su caso, la comisión investigadora de la PUCP advierte presuntas prácticas de hostigamiento sexual, sin embargo, se desestima su testimonio porque los hechos sucedieron antes de que la mencionada delegación entrará en funcionamiento. Pese al informe de la comisión universitaria, Luis Jaime Castillo continúa como profesor principal de la PUCP.
Consultados por la presencia de Luis Jaime Castillo en la PUCP, representantes de la universidad que prefieren mantenerse en el anonimato sostienen que el catedrático también ha denunciado a la Comisión Especial para la Intervención frente al Hostigamiento Sexual de la PUCP y a la casa de estudios. Y que el caso está archivado.
Lo que también señala el informe es que en el caso de Poirier no se podía “determinar” si hubo o no Lo que también sorprende de las justificaciones de la PUCP es que mencionan que no pueden juzgar a Luis Jaime porque las denuncias sucedieron cuando no había un reglamento que pueda sancionar estos actos. “¿Necesitas un papel que te diga que está mal hostigar mujeres?”, cuestiona Poirier.
“¿Cómo es posible que con un informe tan claro, que dice que hay indicios de hostigamiento, que las personas tienen miedo de denunciar por las represalias y el poder que tiene Luis Jaime Catillo, le permitan enseñar?”, pregunta Marcela. Para la arqueóloga, la universidad continúa sin asegurar espacios sin violencia.
EL INICIO DEL JUICIO
Durante todo este proceso, Marcela Poirier, quien exige que la PUCP sea un espacio seguro para las estudiantes, se ha sentido desilusionada y triste por lo que reconoce como impunidad. Cuenta que tiene pesadillas y experimenta cuadros de ansiedad, y que ha necesitado ayuda psicológica y psiquiátrica para procesar que Castillo Butters continúe como profesor, mientras ella enfrenta un proceso judicial.
“Me da miedo acabar en la cárcel. ¿De dónde voy a sacar esa plata si el juzgado falla a favor de él? Pero a veces también experimentó tranquilidad, porque la verdad está de mi lado. Tengo que mantenerme fuerte porque lo que se viene en el juicio va a ser difícil”.
Marcela Poirier enumera las pruebas que tiene contra Luis Jaime Castillo. Asegura que ha experimentado en primera persona el hostigamiento, cuenta con el testimonio de las otras víctimas, habla una vez más del informe de la PUCP, sin embargo, la tranquilidad que siente se evapora cuando dice: “vivimos en un país en el cual los agresores quedan impunes”. En ese momento comienza a temblar.
El 8 de abril inicia el juicio oral en su contra. Para Brenda Álvarez, abogada de Marcela, la denuncia no tiene ni pies ni cabeza. “Es un uso abusivo del delito de difamación que tiene como principal finalidad acallar a las personas que denuncian hechos de violencia de género”.
“Es un acto de criminalización al derecho de defender derechos humanos. Marcela es una defensora del derecho a una vida libre de violencia. Es precisamente su activismo lo que incomoda a Luis Castillo Butters. Él ha acudido al ámbito penal para criminalizar esta acción de exigir espacios universitarios y vinculados a la arqueología libres de violencia. El exministro de Cultura está usando el derecho penal como una herramienta para hostigar a las mujeres que denuncian violencia y el Poder Judicial tiene que detener este tipo de prácticas”, añade Álvarez.
Consultado por este medio sobre la denuncia por difamación que impuso contra Marcela Poirier, Luis Jaime Castillo no respondió a los mensajes que se le envió por correo electrónico. Su abogado, Raúl Pérez, afirma que el silencio del docente se debe a que está muy mortificado. Pérez advierte que irán hasta la última instancia para que la sanción proceda.
Marcela Poirier viene recibiendo el apoyo de varias organizaciones y colectivos feministas. Dice que hay muchas personas que están luchando por lo mismo que ella, por asegurar espacios libres de violencia. Esto la llena de esperanza. “Trato de abrazarme a esa idea”, dice y es la primera vez que sonríe durante la entrevista.