Foto: Andina

En el marco de los recientes descubrimientos del caso Lava Jato, el exmandatario Alan García se desmarcó de las pruebas de coimas a Toledo y Humala explicando que los US$20 millones de Odebrecht fueron donaciones públicas que no tienen nada que ver con dinero ilícito. “Yo no nací para ladrón como algunos, sino para la gloria de poder conducir nuestra patria a un camino mejor”, especificó García con el ceño fruncido en una entrevista.

Sin embargo, otros expedientes fiscales de los años noventa nos recuerdan que, a pesar de ser archivados, el expresidente aprista no está tan lejos de ser lo que niega ser: un ladrón.

El caso del dólar MUC, un tipo de moneda subsidiado por el Estado y otorgado a ciertos sectores empresariales para compensar los sobrecostos de la inflación del momento, dejó como resaca la confesión del empresario de aviación comercial Alfredo Zanatti, el dueño de Aeronaves del Perú y Faucett que recibió el 88% de los dólares MUC con la condición de depositarle a García US$1 millón 250 mil en sus dos cuentas del Atlantic Security Bank del paraíso fiscal del Gran Caimán y de Florida y cederle el 66% de las acciones de la empresa radiodifusora 1161 – Canal 13.

Finalmente, en el 2001, la Corte Suprema de Justicia prescribió las acusaciones de soborno y enriquecimiento ilícito contra García, con lo que se terminó archivando.

En las siguientes entregas de Wayka, seguiremos desmenuzando el pasado que evidenciaría que García no nació pero sí vivió para robar.