Luego del ajustado triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, el internacionalista Ramiro Escobar, hace un balance sobre el perfil político del magnate, las motivaciones de sus votantes y el fortalecimiento de la derecha a nivel mundial.

Por: Alvaro Meneses

¿Por qué los resultados y las encuestas terminaron siendo tan diferentes? Pasó con el Brexit, con el acuerdo de paz en Colombia y ahora con Trump en Estados Unidos.

Existe la hipótesis de que las encuestas pulsean un estado de ánimo pero no un proceso más largo. En el caso de Estados Unidos, hubo mucha gente que por la impopularidad mediática de Trump, bien ganada además por todas las barbaridades que dijo, no quiso decir que votaría por él. Esto, en la teoría de la opinión pública, se denomina la espiral del silencio. Hay mucha gente que ha salido de ese silencio. Creo que las encuestadoras no tuvieron capacidad de medir eso y tendrían que buscar nuevas formas de pulsear a la opinión pública.

¿Qué mensaje cree que Estados Unidos ha dado al mundo tras la victoria de Trump?

Lo que pasa es que las motivaciones de la gente que votó por Trump son múltiples. Hay personas que están a favor de la construcción del muro, que quieren que boten a los migrantes o no dejen entrar a los musulmanes. Pero hay otros que votaron por otros motivos: por rechazo a Clinton por formar parte de la clase política tradicional. Es gente que siente que el país se le está yendo de las manos, es una clase media blanca deteriorada, desempleada, con un nivel de vida distinto al de antes. Por eso el mensaje de Trump fue “Make America great again”. Esa ‘América grande’ es la que tienen en la cabeza algunos sectores de clase media blanca urbana y rural, sobre todo rural.

Si Clinton es parte de la política tradicional, ¿Trump sería un antisistema?

En cierto modo sí, pero tampoco tanto. Porque Si bien Trump se ha vendido como un opositor al sistema político tradicional, alguien que no es ni Clinton, ni Bush, que no es parte de ninguna dinastía, es un outsider que aparece y se mete al debate político siendo un empresario. En ese sentido podría decirse que es antisistema, pero es un gran empresario, entonces difícilmente va a ser antisistema económico, a pesar de que ha anunciado que va a revisar los tratados de libre comercio como el de América del Norte o el TPP.

Al igual que la izquierda, Trump también se opone al TPP…

Hay una extraña coincidencia entre la izquierda que se opone al TPP y Trump, pero las razones son distintas. Trump cree que el TPP afectará a los trabajadores norteamericanos. En el Perú es porque ese tratado podría conducir a una mayor injusticia en las relaciones económicas internacionales.

¿Qué es lo que más le preocupa de Trump?

El tipo es un ególatra desatado. Una persona de esas características tiene dificultades para trabajar en equipo, para consensuar. Sus declaraciones sobre las mujeres, los migrantes, musulmanes y su burla hacia un periodista con discapacidad en una conferencia de prensa, es para preocuparse. Esperaría que ya en el poder cambie de actitud, porque una cosa es ser candidato y otra estar en el poder. Ayer le dijo a Obama que lo respeta y tiempo atrás lo había insultado, incluso dudó de su nacionalidad. Los políticos mutan de ese modo. Habría que ver sus actos, quiénes serán sus secretarios, qué políticas sociales tendrá.

¿Qué o quiénes podrían mesurar algunas de sus descabelladas propuestas?

La Unión Europea ha insinuado una oposición a la muralla con México. Kuzcynski también. Angela Merkel y Francois Hollande han dicho que hay que respetar ciertos valores, refiriéndose indirectamente a Trump. Entre los propios republicanos hay un grupo que se opone a la muralla. Trump no podrá decidir solo, está el Congreso, los aparatos de inteligencia, los poderes económicos, la sociedad. Una propuesta de ese tipo sería impopular para él.

¿Existe algún elemento rescatable en Trump?

En la lógica de la gente que buscaba otro tipo de líder, sí hay un elemento rescatable, porque Trump les ha vendido la ilusión de rescatar un país que se viene abajo. Para mí no, creo que los costos son muy altos. Y Clinton tampoco era una opción atractiva, mucho menos luego de los correos electrónicos, su apoyo a la invasión a Irak o el apoyo a los rebeldes Sirios, pero parecía favorecerle ser comparada con un Trump ególatra, homófobo, xenófobo y misógino. Es imposible encontrar algo rescatable en él.

¿Cuál es el perfil político que ve en él?

Evidentemente es un líder potencialmente autoritario. Su egolatría está plasmada en el avión Trump, Casino Trump, Torre Trump, Hotel Trump. No voy a decir que es un nazi, sería exagerado, pero tiene características parecidas a ese tipo de líderes.

Y ya para terminar… ¿por qué esta tendencia global de escoger opciones de derecha política?

Creo que es una onda expansiva global motivada por la crisis política y socioeconómica. Las clases políticas estables tradicionales han entrado en crisis en varios países importantes. Esa crisis representativa hace que la gente busque alternativas extrañas. La propuesta del liberalismo económico que no le importa bancarse a un dictador como Pinochet para mejorar la economía ha generado una situación de inequidad.  La globalización es producto de ese modelo económico y ha generado ventajas como el internet, pero también ha dejado pobreza y desigualdad. Es la izquierda más estructurada y progresista la que no busca la desaparición de la globalización.

¿La izquierda no estaría cediendo ante la derecha al asumirse dentro de la globalización?

Es el riesgo que siempre existe, pero países como Suecia o Finlandia han encontrado soluciones intermedias. Finlandia tiene varias empresas transnacionales pero tiene Estado de Bienestar. Sin ir muy lejos, Uruguay tiene TLC, pero tiene políticas sociales fuertes. La izquierda madura quiere otro tipo de globalización, más solidaria, romántica. Yo no sé por qué los tildan de globalifóbicos, si es la ultraderecha la que no quiere la globalización. Es el Brexit, es Trump, es Marine Le Pen en Francia. Ellos son los que no quieren migrantes ni tratados de libre comercio, que buscan la autarquía política y social. Esos son los globalifóbicos de verdad.