Ante una posible escasez de agua en Lima, Sedapal exige que los ciudadanos ahorren el agua. En verano, este ente acostumbra emitir notas sobre cuanto desperdician las piscinas portátiles y similares de pequeño porte, sin embargo, no dice nada sobre cuánto derrochan las piscinas de casas y clubes privados de distritos privilegiados de la capital.
Por Jair Sarmiento
Un ‘estrés hídrico’, así ha calificado el Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima y Callao (Sedapal) a un contexto de pocas lluvias en la capital en comparación con años anteriores, debido a los efectos del cambio climático por causa del Fenómeno El Niño.
Sedapal, la empresa estatal que abastece de agua a Lima y Callao, ha pedido a los ciudadanos y ciudadanas que cuiden el agua ya que dentro de poco podrían haber consecuencias.
“Vecinos de Lima y Callao les pido, por favor, que ahorren el agua porque después podría ser tarde con consecuencias que no queremos que suceda”, dijo hace poco Héctor Piscoya, presidente del directorio de Sedapal, en entrevista con un canal de televisión local.
Es necesario señalar que el cambio climático y sus consecuencias impactarán mucho más a las personas en condición de pobreza y pobreza extrema y no necesariamente a la gente de clase alta. Ello, según instancias internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y las Naciones Unidas.
En esa línea, Sedapal ha hecho campañas para instruir a las personas para cuidar el recurso hídrico, pero la exigencia va, en forma más inscisiva, hacia cierto sector de personas. «Uso de piscinas portátiles provoca desperdicio de agua potable y genera incrementos en los recibos», es un titular de una de sus notas de prensa acompañadas de fotos de estas piscinas en barrios de distritos no privilegiados. Esta información es usual en temporada de verano y carnavales.
«Se llega a desperdiciar mensualmente en cada piscina hasta 28 000 litros de agua potable, que luego son eliminados al desagüe (…). De esta manera, se puede limitar el abastecimiento de miles de personas que hoy no cuentan con este servicio», dice Sedapal sobre las piscinas portátiles.
Sin embargo, no se sabe cuanta agua desperdician las millares de piscinas construidas dentro de hogares de ‘clase alta’ y las piscinas de los clubes privados.
Cabe agregar que decimos clase alta debido a los costos que supone una piscina. Según los técnicos especialistas de Albañiles Trust Service, de acuerdo a los precios actualizados del 2022, construir una piscina en casa en Perú en una medida estándar puede llegar a costar entre los S/40 mil y S/ 50 mil.
Asimismo, es necesario señalar que la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass) informó que en el 2022 los distritos limeños de San Isidro, Miraflores y La Molina, consumieron más del doble de agua de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que considera que 100 litros por personas son suficientes.
En tal sentido, Wayka se contactó con el equipo de prensa de Sedapal y les envió la consulta correspondiente con fecha 24 de agosto, sin embargo, hasta la publicación de este artículo no se recibió ninguna respuesta.
Es necesario recordar que en el 2017, el portal Útero.pe hizo la misma consulta a Sedapal y les respondieron: «que sus representantes estaban ocupados brindado otras entrevistas«.
Las piscinas construidas en hogares también pueden generan desperdicio con reposiciones de agua constantes como apunta un artículo de la empresa brasileña de impermeabilización de piscinas, Fiber Sals.
Otro artículo de la empresa española Ferrón apunta que una piscina rectangular de 7 metros de largo y 3,5 metros de ancho usa 36 500 litros de agua, mucho más que una portátil.
Mientras tanto, Sedapal seguirá publicando notas de prensa que estigmatizan a personas de barrios no acomodados, mientras que el uso desproporcionado de agua de las clases adineradas seguirá siendo incuestionable.