Giuliana Caccia Arana y Sebastián Blanco Eguiluz están en la mira del Vaticano debido a que intentaron sabotear la Misión Especial del Vaticano que investiga los abusos sexuales, físicos, psicológicos y las actividades económicas del Sodalicio de Vida Cristiana (SVC). Actualmente, este par de personajes del ultraconservadurismo peruano posee un cuestionado colectivo llamado Padres Peruanos que se opone al enfoque de género, la educación sexual y los derechos de las mujeres. Las víctimas del Sodalicio señalan que la misión culmine su labor sin obstaculizaciones. 

Los activistas de la extrema derecha peruana Giuliana Caccia Arana y Sebastián Blanco Eguiluz estarían próximos a recibir la pena más severa que un católico puede recibir: la excomulgación, por lo que serían suspendidos de la sociedad católica y no existirían a la vista de la autoridad eclesiástica. El Papa Francisco aplicaría esta medida debido a que este par de personajes intentaron sabotear la Misión Especial del Vaticano que investiga los abusos sexuales, físicos, psicológicos y las actividades económicas del Sodalicio de Vida Cristiana (SVC).

La Misión Especial del Vaticano, popularmente conocida como ‘misión Van Helsing’, está conformada por el sacerdote español Jordi Bertomeu y el arzobispo maltés Charles Scicluna. Desde el 2023 vienen investigando a la organización religiosa fundada por Luis Fernando Figari, expulsado este año por el Vaticano debido a las denuncias en su contra. Otros 10 miembros del SVC recientemente han sido expulsados por las mismas razones y otros más que, según las víctimas, son propios de una secta violenta y abusiva.

Según los hechos, en julio del 2023, Giuliana Caccia Arana y Sebastián Blanco Eguiluz tuvieron una audiencia con la Misión en donde Caccia se presentó como víctima de ataques virtuales de dos exsodálites, mientras que Blanco intentó lavarle la cara al Sodalicio. La Misión no les creyó debido a que hay un largo historial de denuncias, testimonios, libros, reportajes e informes contra el SVC.

Este suceso fue narrado en una columna del 2023 del periodista Raúl Tola sin mencionar los nombres de Caccia y Blanco, sin embargo, para este par de individuos ultraconservadores sí se reveló su identidad, por lo que en agosto del 2024 denunciaron ante la justicia peruana al sacerdote Jordi Bertomeu, acusándolo de revelación de secretos, por haber filtrado supuestamente información del encuentro que mantuvieron con él durante su estancia en Lima. En su denuncia incluyen «y a quien sea responsable», por lo que indirectamente responsabilizan al Papa Francisco.

El Vaticano se enteró de esta denuncia, por lo que Bergoglio aplicó el Código de Derecho Canónico y dio un plazo de 48 horas a Caccia y Blanco para que se retracten y cumplan con 5 condiciones: retirar la denuncia ante la Fiscalía, disculparse con los miembros de la Misión, ofrecer las verdades de los hechos con sus respectivas disculpas ante los medios de comunicación, acreditarse documentalmente ante el Nuncio Apostólico del Perú y cumplir con la obligación de no realizar una manifestación pública sobre los hechos que investiga la Misión.

Caccia y Blanco no aceptaron las condiciones del Vaticano y publicaron un video diciendo que el Papa estaba «mal informado».

El plazo venció este lunes 30 de setiembre al mediodía, por lo que, según el documento papal que aún no ha sido publicado oficialmente, ambos voceros de la ultraderecha serán excomulgados con la pena ferendae sententiae por lo que se les prohibirá celebrar los sacramentos y recibir los sacramentos; así como ejercer funciones eclesiásticas y pagar un monto de S/ 100.000 cada uno a Cáritas de Lima, organización benéfica de la Iglesia.

Asimismo, Caccia y Blanco no podrán presentarse nunca más como católicos en público ni representar a la Iglesia Católica en ningún acto social.

Según fuentes conocedoras de la norma eclesiástica, para que se haga efectiva la excomulgación, el Vaticano debe emitir un decreto ya que la sanción no es automática.

Las víctimas del Sodalicio, como Renzo Orbegozo, Rocío Figueroa y Camila Bustamante, piden al Papa que haga lo posible para que la Misión termine su labor.

Por otro lado, el primer denunciante del Sodalicio, José Enrique Escardó, aclaró que uno de los nombres usados de forma indebida por Caccia fue el suyo, por lo que recordó cuanto esta persona lo revictimizó en distintas ocasiones. Escardó también reiteró que las recientes medidas del Vaticano no significan justicia ni sanidad para él, debido a que se apunta a solo unos cuantos actores, pero no se apunta a la estructura o sistema del Sodalicio.

El exsodálite Martín Scheuch que ha narrado largamente y detalladamente los abusos del Sodalicio en su blog “Las Líneas Torcidas», también mencionó en sus redes sociales que el otro nombre mencionado sería el de él.

El periodista Pedro Salinas, autor del libro “Mitad Monjes, Mitad Soldados” junto a Paola Ugaz, señaló en una videocolumna: «A Giuliana Caccia y Sebastián Blanco solo les han pedido que acepten que trataron de embaucar a la comisión Scicluna-Bertomeu, pero la soberbia y la arrogancia típica en la gente de esta organización y sus simpatizantes es así: no conocen lo que significa enmendar errores y, en este caso, enmendar pendejadas».

“Durante más de 50 años no les ha pasado nada, están muy protegidos, tienen relaciones políticas y empresariales muy fuertes. Pero ahora el Vaticano sí les da miedo, porque no lo pueden controlar”, dijo Paola Ugaz en una entrevista con el Diario El País.

¿Quiénes son Giuliana Caccia Arana y Sebastián Blanco Eguiluz?

Giuliana Caccia Arana es un personaje conocido entre las organizaciones conservadoras y religiosas. Se hizo mediática a fines del 2016 como promotora y directora de la Fundación para la Familia (FAM), un proyecto del Sodalicio que tenía como objetivo la “evangelización” de las familias del Perú. 

También encabezó el consejo directivo de ‘La Opción V’, un proyecto fundado en el 2012 por el fallecido sacerdote sodálite Jürgen Daum Vetter —acusado de abuso físico y psicológico por el exsodálite Óscar Osterling— para promover la castidad en los jóvenes.

Caccia Arana también es simpatizante del colectivo Con Mis Hijos No Te Metas —el cual tenía de vocero a José Linares, pastor evangélico acusado de violación sexual por su propia hija, según un informe de investigación del canal ATV—. También ha dictado charlas al equipo organizador de la “Marcha por la vida”, está a favor de las torturas contra personas LGTBIQ llamadas “terapias de conversión”. Además es una vocera del negacionismo de la violencia de género contra las mujeres.

Sebastián Blanco Eguiluz es sodálite y hermano de Ignacio Blanco Eguiluz, quien según fuentes internas del Sodalicio, era el preferido de Luis Fernando Figari, es decir, un hombre de confianza para el líder del Sodalicio.

Tanto Caccia como Blanco lideran la Asociación Origen, Vanguardia y Cambio Cultural, el cual está detrás del colectivo Padres Peruanos, un nuevo colectivo ultraconservador que se opone al enfoque de género, la educación sexual y los derechos de mujeres. Wayka reveló esta información en febrero de 2024. el cual está detrás del colectivo Padres Peruanos, un nuevo colectivo ultraconservador que se opone al enfoque de género, la educación sexual y los derechos de mujeres.