Redacción Wayka
Los exasesores Rosa Venegas y Juan Duarte, implicados en la irrupción de las oficinas lacradas del Ministerio Público por el fiscal José Domingo Pérez, eran el nexo entre el titular de la Fiscalía, Pedro Chávarry, con el fujimorismo.
La noche del pasado viernes 4 de enero, el fiscal a cargo del Equipo Especial Lava Jato, José Domingo Pérez, intervino las oficinas de Juan Duarte Castro, Edgar Antonio Peralta Lino y Max Ulises Aranda, asesores de Pedro Chávarry, dejando lacrado los despachos.
En la diligencia, Pérez encontró un informe vinculado a la investigación contra Keiko Fujimori por el presunto delito de lavado de activos. Esto fue encontrado en la oficina de Max Aranda.
Sin embargo, la información más comprometedora parecería estar en el despacho de Duarte. Y es que según el registro de las cámaras de seguridad del noveno piso de la fiscalía, la tarde del pasado sábado 5 de enero, la entonces asesora de Chávarry, Rosa Venegas, irrumpió en la oficina lacrada junto a 3 policías y retiró 3 cajas del lugar.
“Ha habido manipulación de los precintos del lacrado. En ese orden se ha solicitado la presencia de peritos de criminalística para determinar si se ha manipulado el precinto o los precintos del lacrado que se había realizado la madrugada del sábado”, sostuvo el fiscal Pérez, quien terminó por suspender la diligencia.
De origen fujimorista
Antes de llegar al círculo íntimo de Pedro Chávarry, los exasesores Rosa Venegas y Juan Duarte fueron cercanos al fujimorismo. Entre 2006 y 2011, Venegas fue congresista del partido Unión por el Perú (UPP) y Duarte fue su asesor. Luego, ambos fueron asesores de la fujimorista Karina Beteta. Anteriormente, Duarte también fue asesor del congresista suspendido Bienvenido Ramírez.
Chávarry tuvo a ambos en cargos de confianza: a Juan Duarte como “enlace parlamentario”, y a Rosa Venegas como su asesora de prensa.
Por su parte, Duarte renunció a su cargo de asesor y calificó de “insostenible” la situación del Ministerio Público, mientras que Venegas reconoció haber sido ella la que irrumpió en las oficinas lacradas por el fiscal Pérez. “Los documentos me pertenecían, si se conocieran iban contra mi privacidad e intimidad. Como yo soy periodista tenía que resguardar información”, explicó Venegas a los medios.