La película peruana Prueba de fondo de Christian Acuña y Óscar Bermeo se estrenó primero en Huancayo y es un hito frente al centralismo de los estrenos comerciales. Usualmente, un film tiene su avant premier y es estrenado simultáneamente en todo el país desde Lima; sin embargo esta vez, el equipo de producción adelantó una semana el estreno solo para Junín. Así el público de la región pueda acceder antes que nadie a este documental, que trata sobre las representantes más importantes del atletismo en el Perú. Una estrategia interesante y que se puede replicar.

Más allá de la campaña informativa realizada en estos últimos días, Prueba de fondo no es solo un film sobre la atleta Inés Melchor. Es una mirada a la cotidianidad de un grupo de maratonistas, como las hermanas Lucero y Deysi Chocca o Miguel Malqui, quienes viven en Huancayo, ciudad considerada por su clima como la capital peruana del entrenamiento para atletas. En esta vía, de entrar en los hogares, de entrevistar a familiares, a entrenadores, el documental gana más porque acerca al espectador la dimensión hogareña y social de las deportistas. Conocemos a través de ellos, los esfuerzos, las vicisitudes, la perseverancia, ante las carencias. Quizás lo más importante de la película es mostrar cómo incluso este deporte, menor aún en el Perú, ha movilizado a la región, logrando que por lo menos haya un estadio con una pista atlética mejorada para que los escolares puedan hacer sus prácticas y entrenamientos.

Prueba de fondo funciona mejor cuando muestra este entorno huancaíno, de accidentes geográficos, de cerros y montañas, siendo asimilados como reto adicional por estas atletas, que empiezan en este deporte desde muy jóvenes, y motivadas por sus profesores o padres. Si bien pareciera que hay una fascinación por el uso del drone, o de algunos travellings (movimientos laterales de la cámara) muy “poéticos” o que se definen por el uso del ralenti (la cámara lenta), el paisaje aporta para construir esta dimensión clásica del deportista, como alguien sometido a la disciplina cronometrada y a entrenamientos fuertes en un espacio donde hay problemáticas sociales adversas (usual en los films sobre deportistas).

La historia edificante es la que el documental registra: relatos de superación donde Inés Melchor “la santa”, se luce en su energía y disposición para ir con todo el empuje a representar al país en torneos internacionales, y es allí donde entra un componente de ficción: que Melchor se debe preparar para las Olimpiadas en Río, Brasil, en 2016. Así, todo lo que vemos apunta a que obtenga la gloria en dicha competencia; sin embargo, si hemos seguido la carrera de esta gran deportista, sabemos ya cuál fue el desenlace.

Y aquí es donde entra la parte más dispar de la película, cuando aparece la marca Entel con una maratón en Santiago de Chile y de fines más publicitarios, ya que no es una competencia acreditada oficialmente, donde participará Melchor a modo de desagravio ante el sinsabor de Río de Janeiro. Es decir, el product placement se nota demasiado evidente, más aún cuando uno de los auspiciadores de la película es esta empresa de telecomunicaciones.

De todas formas, para el panorama de documentales estrenados comercialmente en Perú, Prueba de fondo ofrece una mirada desde adentro, con sus propias protagonistas, quienes tienen que hacer no solo esfuerzos físicos, sino emocionales. Este es el caso de las hermanas Chocca, quienes tuvieron que dejar el seno materno en alguna comunidad rural para vivir en Huancayo y cumplir sus metas.