Caos en accesos, transporte y vuelos: el accidentado inicio del nuevo aeropuerto Jorge Chávez
La esperada inauguración del nuevo terminal del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, proyectada como un símbolo de modernización y eficiencia en la infraestructura aérea del país, se ha convertido en un escenario de caos, quejas y vuelos cancelados.
Desde su primer día de funcionamiento, el terminal enfrenta serios cuestionamientos por problemas en el abastecimiento de combustible, fallas operativas, aglomeraciones y una accesibilidad peatonal prácticamente inexistente.
Demoras y cancelaciones de vuelos
El primer incidente operativo significativo en el aeropuerto fue la falla en el sistema de abastecimiento de combustible provocaron retrasos y cancelaciones de vuelos. Esto afectó a 20 vuelos con destino a Lima y afectó a más de 2,500 pasajeros, según la propia concesionaria Lima Airport Partners (LAP).
“Nos tuvieron desde las siete de la mañana hasta casi el mediodía encerrados en el avión y al final nos dijeron que el vuelo estaba cancelado. Nadie dio una explicación clara, ni LATAM ni el aeropuerto. ¿Este es el nuevo Jorge Chávez? Qué decepción”, declaró uno de los pasajeros.
El Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) emitió un comunicado en el que responsabiliza directamente a Lima Airport Partners, ya que recordó que el contrato de concesión establece que LAP es responsable de las operaciones aeroportuarias y su adecuado cumplimiento técnico.
Asimismo, la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), dependiente del mismo ministerio, ya solicitó a OSITRAN una evaluación urgente del sistema de suministro de combustible para determinar si este cumple con lo estipulado en el contrato.

Fallas en operatividad
Por otro lado, el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) identificó graves deficiencias operativas. Entre ellas, el mal funcionamiento de las fajas de equipaje, cambios constantes de puerta de embarque sin información oportuna, y aglomeraciones en los controles de seguridad.
Indecopi exigió a LAP y a las aerolíneas adoptar medidas inmediatas para salvaguardar los derechos de los pasajeros. Además, recordó que es obligación de las aerolíneas facilitar el acceso al Libro de Reclamaciones y mantener sus canales de atención activos ante cualquier eventualidad.
Por su parte, la Asociación de Empresas de Transporte Aéreo Internacional (AETAI) alertó que los retrasos, ante todas estas fallas, superaron las tres horas en algunos casos y que los controles de seguridad y migraciones se encuentran saturados.
Movilidad de pasajeros
El desorden también se evidencia en los accesos al aeropuerto, ya que, actualmente, solo es posible el ingreso en vehículos por puentes modulares sin veredas ni zonas seguras.
En avenidas como Morales Duárez y Faucett, el tránsito es denso desde primeras horas de la mañana. Conductores reportaron demoras de hasta 30 minutos en trayectos que antes se complementaban en pocos minutos. Ante esta situación, las autoridades han iniciado el monitoreo del flujo vehicular con el fin de ajustar los semáforos y aliviar la congestión.
A ello se suma el malestar por las tarifas elevadas de los servicios de taxi. Actualmente, solo Uber y Cabify operan oficialmente dentro del terminal, con precios que llegan hasta los S/90 por recorridos cortos, como a Pueblo Libre, y hasta S/100 para distritos más alejados como San Juan de Miraflores.
En cuanto al transporte público AeroDirecto, operado por la ATU, usuarios han expresado quejas por demoras, cobros irregulares y falta de control. Aunque se prometió una frecuencia de 15 minutos con 52 buses en cinco rutas, pasajeros denuncian esperas de hasta una hora. También alertan sobre diferencias en tarifas, puesto que algunos pasajeros reportan haber pagado S/3 en efectivo, pero otros S/2.50 con tarjeta.
Finalmente, se ha criticado que no hay exclusividad para pasajeros del aeropuerto, ya que el servicio recoge a personas en cualquier punto y estas bajan y suben al bus como cualquiera otra línea.
Hay que señalar que, por el momento, el nuevo aeropuerto no tiene acceso peatonal. El Organismo Supervisor de la Inversión en Infraestructura de Transporte de Uso Público (Ositran) advirtió que no será posible ingresar caminando al nuevo aeropuerto hasta que se terminen las obras del viaducto Santa Rosa, previstas recién para 2028.








