Caso acoso sexual: Resolución fiscal desmiente versión de Lescano sobre mensajes a periodista
El candidato presidencial asegura que la Fiscalía archivó la denuncia en su contra porque se demostró que los chats “fueron photoshopeados”: sin embargo, el fiscal adjunto no concluye ello en la resolución que archiva el caso. Tampoco desmiente que Lescano envió los mensajes. En cambio, se basó en fundamentos machistas.
Por Nicol León
El candidato presidencial Yonhy Lescano negó en múltiples entrevistas que fue él quien envió los mensajes por Whatsapp “ya en la camita desnudita?”, “¿estás sola?” y “¿cómo va esa delantera?” a una periodista en setiembre de 2018. Desde que inició la contienda electoral, asegura que la investigación por acoso sexual en su contra se archivó porque se demostró que los chats “fueron photoshopeados”.
Sin embargo, la resolución fiscal que cierra la indagación no concluye de esa manera.
(Visualizar video «Las versiones de Lescano sobre denuncia por acoso» AQUÍ)
El fiscal adjunto Henry Teófilo de la Cruz no basó su decisión en el peritaje que Lescano pagó para que se realice en Chile, ni en el que se realizó en el Ministerio Público en Lima. Solo se basó en su análisis de los mensajes.
En sus fundamentos, tampoco negó que Lescano envió los mensajes de setiembre de 2018. En cambio, desestimó el caso en tiempo récord de solo OCHO DÍAS con una resolución plagada de argumentos machistas.
Su resolución se basa en que los mensajes enviados a la periodista no tienen connotación sexual.

Han pasado dos años desde que una periodista lo denunció ante el Congreso. El excongresista solo admitió que le envió mensajes de connotación sexual en octubre y diciembre de 2018.


CONDUCTA REPETITIVA
En diciembre de 2018, se lee que Lescano inicia la conversación. Le preguntó si está sola, es decir, utilizó las mismas palabras que negó haber escrito en setiembre de 2018, solo tres meses atrás: “ya en la camita desnudita?”, “¿estás sola?” y “¿cómo va esa delantera?”.
Otra palabra que se usó en setiembre fue «hola, ¿ya en la camita?». Lo mismo se envió desde su cuenta de Facebook a la periodista en 2015.

En 2019, ante el juez, Lescano declaró que sus custodios José Sanchez y Ever Salazar tenían su celular la madrugada en que se enviaron los mensajes de setiembre de 2018: “ya en la camita desnudita?”, “¿estás sola?” y “¿cómo va esa delantera?”.

“Ese día (en setiembre de 2018) estuvo la policía con mi celular y al parecer lo descuidaron, a veces le pasan un scanner al celular y se lo llevan, hay mil maneras de capturar una conversación. Pudiera haber ocurrido eso (…)”, se lee en su declaración ante el 21 Juzgado de Familia.
Sin embargo, ambos custodios negaron haber enviado los mensajes.
“En mis 33 años de servicio nunca me he visto involucrado en una situación de este tipo, tanto en mi vida familiar, como en lo laboral; así mismo, siempre me he esmerado por cumplir mi función a cabalidad brindando seguridad al congresista, por lo que nunca tuve motivo de queja desde 2012 (año en que empezó a laborar para el Congreso)”, contestó Salazar.

Sánchez contó que labora desde 1998 para el Congreso y que tampoco ha tenido un problema con algún otro parlamentario.

Llamamos a Lescano para consultarle si conoce que Fiscalía no resolvió en base a los peritajes, pero no nos respondió. Le escribimos un mensaje a su WhatsApp, pero tampoco contestó.
FUNDAMENTOS MACHISTAS
Conversamos con Cecibel Jimenez, asesora legal del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, sobre el sustento del fiscal para archivar la investigación contra Lescano. Confirmó que en ningún apartado de la resolución se lee que los mensajes son falsos, como lo aseguró el candidato.
Tampoco se concluye quién envió los mensajes de setiembre de 2018, donde la señora pide respeto luego de que le enviaron desde el celular del candidato:“ya en la camita desnudita?”, “¿estás sola?” y “¿cómo va esa delantera?”.
«El fiscal no dice si fue verdad o no que Lescano envió esos mensajes. Lo que sí dice es «la denunciante refiere», «la denunciante indica», dando a entender que fue ella la que dijo que esta persona quien cometió el delito», afirmó.
Lo que sí se lee en la resolución del fiscal son fundamentos machistas. Para el fiscal De la Cruz, entre Lescano, el congresista, y la periodista denunciante no había una relación de poder a pesar de que, en el momento en que se enviaron los mensajes, el ahora candidato presidencial era congresista y tenía inmunidad parlamentaria.
“Justamente en el inciso 4 del 176-B, que es el delito de acoso sexual, se indica que la víctima se encuentra en condición de dependencia y subordinación con respecto al agente. Él era un congresista, tenía un cargo de poder, por no decir uno de los cargos de poder más importantes del país. Sabemos la amplitud de influencia que tiene el hecho de ejercer este cargo desde el Congreso”, explicó Jimenez.
Otro de sus fundamentos para archivar el caso es que los mensajes enviados carecían de connotación sexual, una categoría que en una fiscalía especializada en delitos de violencia contra la mujer debería ser interpretada con enfoque de género. Pero no fue así.
“Lo que entiendo es que para el fiscal decir cosas como «hola, en la camita?», «¿cómo va esa delantera?», «¿estás sola?», «¿ya en la camita desnudita?» no tendrían connotación sexual. ¿Qué se entiende por connotación sexual? Se entiende por ejemplo que son frases que tienen por objeto tener ciertos favores sexuales de una persona, abusando quizás de su posición o de su superioridad. A mi criterio, estos actos sí serían actos de connotación sexual porque se tiene que ver con qué intención lo dice Lescano. Para todos es bastante evidente con qué tipo de intención lo hace.”, relata.
El fiscal tampoco consideró que Lescano envió los mensajes “quiero conversar cosas exóticas” y “te robo tu ropita”, en octubre y diciembre de 2018, a pesar de que sabía que la periodista le había pedido respeto en setiembre.
“Él vuelve a decirle otras frases a pesar de que ella ya había mostrado su incomodidad, ya había mostrado que le generaba un pesar, que le parecía ofensivo. Entonces, él reitera la conducta de acoso sexual en una segunda oportunidad porque le vuelve a enviar otros mensajes en octubre y diciembre”, precisó.

REVICTIMIZACIÓN
En la conversación de octubre, se lee que el candidato presidencial empieza a enviarle mensajes de doble sentido sin que la denunciante se lo pida o lo invite a ese tipo de acciones. Para él, estas son “bromas entre adultos”. Así lo dijo en sus declaraciones ante el 21 Juzgado de Familia.

Tras leer las conversaciones, la psicóloga Omayra Chauca explicó que se percibe incomodidad en la periodista, quien no le responde en el mismo tono cuando él le envía mensajes como “y luego celebramos como tú ya sabes” y “la entrevista debe ser en privado como en las películas”.
Finalmente, cuando Lescano le escribe “esas pues con tu libreta y yo voy respondiendo”, la víctima responde “caray, te pelas porque no tengo qué te puedas llevar, a no ser que sea mi celular”, una respuesta que para el candidato evidencia consentimiento, pero que para la psicóloga, evidencia signos de una persona que no sabe que está siendo agredida.
“Lo primero que piensa ella al leer «te asalto» es “bueno, ¿de un robo?, ¿qué me vas a robar?” Siento que ella no entiende que está en una situación de acoso y recién cuando le dice «te robo la ropa» es cuando ella le dice «qué?», trata de evitar la situación, no da mayor fundamento. Desgraciadamente, ahí viene la cultura machista que mezcla el acoso con la coquetería. Creen que ella se hace la difícil y por ende permite el acoso; esa línea de narrativa que tiene la gente en el sentido común de que si respondes un acoso es porque ya no es acoso, sino una coquetería”, sustentó.
Chauca resaltó que en aquel momento la víctima tenía pleno conocimiento de que Lescano era un congresista con inmunidad parlamentaria, por lo que sabía que su imagen de periodista podía correr riesgo si lo rechazaba.
“No es lo mismo hablar con un ciudadano cualquiera que con un congresista que tiene poder político. Ella sabe que no puede rechazarlo de buenas a primeras porque él va a salvaguardar su imagen”, añadió.
A fines de 2018, la periodista le responde que está intentando hacer dormir a su hijo y el candidato presidencial le dice que quiere conversar “cosas exóticas, cosas de mayores, qué de malo tiene?”, a lo que ella le contesta “?”, “¿ah sí?”, “seguro tomaste”. Una vez más, no es condescendiente. Después de ello, Lescano la llama “extremista”.
Al ver que la periodista no le responde, Lescano opta por despedirse, a lo que ella le dice “dulces sueños”, un hecho que, para la psicóloga, evidencia intención de no quedar mal con Lescano, quien en ese entonces era congresista.
En tanto, para el fiscal, la conversación demuestra amistad, fundamento que usó al archivar el caso. No obstante, el acoso sexual también sucede entre amigos.
“Primero, hay que tener en claro que nadie está preparado para el acoso, así sea acoso callejero o acoso virtual. Segundo, en las amistades también hay figuras de poder y yo creo que eso es lo que no se toma en cuenta. En este caso, ella no lo puede dejar en visto porque él podría terminar entendiéndolo como una actitud maleducada y cuando necesite una entrevista o algo de él no se lo va a brindar. Entonces, la pone entre la espada y la pared, entre su trabajo y su dignidad”, dijo.
CASOS DE ACOSO IMPUNES
La abogada Jimenez explicó que los fiscales y jueces basan sus decisiones en fundamentos machistas porque aún no entienden cómo funciona la violencia de género en el Perú.
“Este es un problema estructural. La violencia contra las mujeres es un problema estructural, una discriminación estructural histórica y por ende deconstruir a estas personas es un proceso largo, no inmediato”, aseguró.
Las cifras lo demuestran. En 2018 se promulgó el Decreto Legislativo 1410 que castiga con cárcel el acoso sexual.
Entre el 2019 y 2020, las fiscalías han recibido 3 243 casos de violencia de género en línea (acoso, acoso sexual, chantaje sexual y difusión de imágenes y videos íntimos). Pero solo 3 obtuvieron sentencia del Poder Judicial.
Puede leer la resolución fiscal que archivó el caso aquí.