Redacción Wayka

Ana es psicóloga, tiene 44 años y desde hace 30 padece de una enfermedad degenerativa que poco a poco va apagando su cuerpo, pero no sus fuerzas por llevar las riendas de su vida. Y, tal como ella argumenta, decidir el rumbo de su existencia también implica elegir cómo, dónde y cuándo morir.

Ana busca la muerte digna, una que le permita sentir la libertad de que aún es dueña de su cuerpo y sus deseos. Esa libertad que la polimiositis le ha ido arrebatando casi toda su vida, hasta dejarla postrada en una cama sin poder levantarse por las mañanas, mirarse al espejo o tocarse la piel.

La enfermedad incurable que padece no solo la ha inmovilizado totalmente, también la ha obligado a ceder uno de los aspectos que más se resguarda en estas épocas donde todo es público: su privacidad. Ana vive las 24 horas del día asistida por un grupo de enfermeras. Su cuerpo no le permite hacer nada sola.

A pesar que su lado más íntimo ya era compartido -a la fuerza- con las enfermeras que la asistían día y noche, Ana tomó una decisión que restringiría más su privacidad, pero que le permitiría conseguir su deseo de demostrar que solo ella es dueña de la existencia que tiene en este mundo.

En enero de 2019, Ana comenzó a compartir públicamente su historia y su decisión por morir cuando ella lo considere oportuno. Su caso saltó inmediatamente a los medios de comunicación, pues es la primera persona que toma acciones para despenalizar la eutanasia en Perú.

Colegio Médico apoya pedido de Ana Estrada por una muerte digna | Ana  Estrada | Muerte digna | Colegio Médico | Eutanasia | LIMA | PERU21
Ana Estrada padece de una enfermedad degenerativa que no tiene cura. Imagen: Perú21

En nuestro país, la eutanasia está sancionada según el Código Penal con tres años de cárcel. El artículo 112 lo tipifica como ‘homicidio piadoso’ y condena «al que, por tener piedad, mata a un enfermo incurable que le solicite de manera expresa y consciente para poner fin a sus intolerables dolores».

Es precisamente ese argumento el que está apelando Ana Estrada con apoyo de la Defensoría del Pueblo. Vivir no implica solo el poder respirar, sino hacerlo en condiciones dignas. Percy Castillo, abogado que forma parte de la defensa legal de Ana, precisó que su caso se trata de defender los derechos fundamentales de una vida digna libre de amenazas y tratos crueles e inhumanos.

«Lo que tenemos que tener presente es que en el Código Penal figura que como delito toda persona que ayude a una persona a poner fin a su vida cuando sufra graves dolores y padecimientos acaecidos por una enfermedad. Es decir la ayuda a morir en condiciones dignas está penalizado y hay que sacar eso del medio para que Ana Estrada pueda ejercer el derecho», sostuvo el abogado en entrevista al portal La Ley.

Luego se crearía un lineamiento específico para el caso de ella y que se pueda desarrollar la muerte digna. Eso es lo que queremos conseguir con la demanda, agregó el abogado.

Ello implica que el Estado no obligue a Ana a padecer los dolores de una enfermedad que cada vez la agobia más. Lo mismo ha sustentado el Comité de Vigilancia, Ética y Deontología del Colegio Médico del Perú, que hace poco respaldó las declaraciones del decano de dicha institución, Antonio Celis, sobre que «ningún médico puede prolongar innecesariamente la vida».

Este 7 de enero, Ana Estrada defenderá el derecho a decidir sobre qué pasará con su vida en una audiencia virtual ante el Poder Judicial. «Esto se trata del amor por la vida, de libertad. Yo amo tanto la vida que una vida sin libertad no es vida», sostiene Ana pues ella sabe que la mayor libertad no es el poder mover su cuerpo, sino el ser dueña de cuántos y cómo serán los días que ella elija seguir viviendo.