Miguel Ángel Navarro se ha convertido en el testigo clave de la investigación por sobornos que pagó Odebrecht para adjudicarse el contrato de las obras del Metro de Lima durante el segundo gobierno de Alan García.
Fue asesor del viceministerio de Transportes y Comunicaciones, en la gestión de Jorge Cuba, a quien Odebrecht depositó más de seis millones de dólares en la Banca Privada de Andorra y hoy se encuentra con prisión preventiva.
Navarro se ha acogido a la confesión sincera y ha empezado a brindar información de los sobornos en el caso, pero ha dado detalles del propio Alan García que hoy difunde el semanario Hildebrandt en sus trece. E incluso más, ha brindado datos importantes sobre Roxanne Chessman, pareja del expresidente, a quien llama la ‘comadre’ de Jorge Cuba.
El testigo señala que no había postores para la obra y Alan García estaba preocupado porque quería inaugurar ‘algo’ antes de 28 de julio. En su manifestación ante la fiscal anticorrupción Gladys Rojas señaló: “Alan García estaba furioso porque ese proyecto tenía que terminarlo en su mandato, sino nadie lo continuaría. Llama a Enrique Cornejo para que proponga soluciones. Luego de eso aparece más seguido Oswaldo Plascencia y el arquitecto Juan Valdivia en la oficina de Jorge Cuba Hidalgo para ver el tema del tren”, describe el documento al que tuvo acceso el semanario Hildebrandt en sus trece.
Navarro cuenta que tanto el expresidente de la Autoridad Autónoma del Tren Eléctrico de Lima (ATTE) Plascencia y el exministro Jorge Cuba, sabían que licitar la obra civil y la electromecánica era -técnicamente- imposible de hacer en el tiempo que pedía Alan García. Sin embargo, luego de una reunión con empresarios del sector, Carlos Nostre de Odebrecht, dijo que podían hacerlo como quería el presidente.
Luego narra un episodio en el que Alan García, en Palacio de Gobierno, pone una bandeja y pide a Jorge Cuba y a Enrique Cornejo ‘su cabeza’.
“Alan García cogió una bandeja y la puso delante de los dos y les pidió que pongan su cabeza. Les preguntó si los dos le daban su cabeza para que confíe que podrían hacer (la obra) en el tiempo ofrecido”, declaró Navarro sobre lo que le contó el propio Cuba, ya que él se quedó esperándolo en el auto fuera de Palacio de Gobierno.