En medio de la crisis sanitaria, tres iniciativas ciudadanas de la región Piura defienden su derecho a expresar su identidad de género sin miedo a la violencia o la represión.
Por Tomás Ezerskii, corresponsal en Piura.
Los derechos humanos de las personas lesbianas, gays, transgénero, bisexuales e intersexuales (LGTBI) son cada vez más reconocidos en todo el mundo. Sin embargo, según Ipsos (2020), 71% de la población no heterosexual del Perú ha sido víctima de discriminación. Las restricciones impuestas para mitigar el contagio del coronavirus causaron pérdidas de empleo e incremento de limitaciones en el acceso a los servicios de salud para la población LGTBI, lo cual agravó aún más la desigualdad.
Pese a la adversidad, tres colectivos ciudadanos LGTBI de la región Piura persisten en sus diversas estrategias para luchar contra la exclusión. Estas son sus historias.
Red Trans ‘Brenda Alayo’: Piuranas pioneras
Una de las primeras marchas. Foto: Facebook – Tonika Izamar Anton Farfan.
En la década de los 90, Piura era una de las siete regiones del Perú con más casos de VIH. A causa del prejuicio social, las personas LGTB+ de todo el país eran víctimas constantes de crímenes de odio. En este contexto, Tonika Antón Farfán, fundadora y presidenta de la Red Trans de Piura, dio sus primeros pasos en el activismo. Ella y otros referentes LGTB+ empezaron a difundir métodos de prevención y tratamiento del VIH-SIDA entre la comunidad homosexual de Piura.
Tonika relata: “(Hace 20 años) Pasabas por el mercado y te tiraban tomates o te insultaban, te gritaban ‘sidoso’ solamente porque eras gay o trans (…) los ronderos armaban redadas en plena vía pública para agredirnos, amarrarnos a postes y golpearnos mientras nos pedían explicaciones de por qué éramos ‘así.’”
La discriminación y el maltrato en su localidad generó consecuencias negativas en la vida personal y laboral de Tonika, pero ella perseveró y se forjó una trayectoria como vocera por la equidad en el norte del Perú. En el 2006, con ayuda de sus compañeras de lucha, organizó la primera Marcha del Orgullo de la historia piurana. Solo asistieron 10 personas que, sin esperarlo, sentaron un precedente. Año tras año, cada vez más gente se adhería a la marcha hasta que alcanzó una proporción de cientos de participantes.
Creada oficialmente en el año 2008, la Red Trans de Piura ‘Brenda Alayo’ es una organización de mujeres trans que “capacitan, investigan, sensibilizan y coordinan acciones para defender los derechos de su comunidad”. El colectivo fue nombrado en honor y memoria de Brenda Alayo, una miembro fundadora de la Red Trans. Hasta el inicio de la pandemia, sus integrantes solían realizar acciones cívicas de concientización: cortes de cabello gratis en plazas de la ciudad, reinados, eventos deportivos y charlas para prevenir el VIH y otras ITS.
Red Trans de Piura protestando contra la discriminación. Facebook – Tonika Izamar Anton Farfan.
La crisis sanitaria de la covid-19 golpeó gravemente a la comunidad trans que subsiste del trabajo diario informal, en especial a las trabajadoras sexuales. En esta situación de emergencia, las integrantes de la Red lograron que las municipalidades de Piura, Castilla y 26 de Octubre repartan un bono y una canasta para las personas trans de la región. Además, autogestionaron ollas comunes que ayudaron a la población más afectada.
Las repercusiones de la pandemia revelaron brechas estructurales en la atención médica de las diversidades. Patty Alburqueque, vicepresidenta de la Red Trans, denuncia limitaciones al acceso médico debido a actos discriminatorios en centros de salud pública y privada. La activista expone que muchas mujeres trans de la región no cuentan con DNI porque su nombre de nacimiento no las representa, pero cuando acuden a un centro de salud siempre son llamadas como “señor” o tratadas de forma burlona. “Los malos tratos causan que las chicas trans se cohíban y decidan no ir a un centro de salud, incluso en caso de una emergencia médica, un accidente o si han sido golpeadas”, evidencia Patty.
Tras recordar las décadas de su trayectoria activista, Tonika observa: “Para ser una región ultraconservadora con los prejuicios más grandes del país, creo, hemos avanzado mucho. En las universidades privadas y públicas van chicas trans y en los espacios públicos como restaurantes puedes entrar sin ser discriminado, pero aún falta mucho por hacer.” Al respecto, Patty señala la importancia de un cambio de legislación: “En el país urge una Ley de Identidad de Género para una mejor calidad de vida de las personas trans, con garantías de acceso a la educación, el trabajo y la salud pública”.
OPI: SCS – Educar para empoderar
Tropa Arcoiris 2015. Foto: Facebook OPI:SCS.
En 2015, un grupo de universitarias piuranas lesbianas y bisexuales se conocieron en un taller de la ONG “Centro Ideas”. Al finalizar el taller, se comprometieron a formar un colectivo con una misión: fomentar la igualdad e informar a la sociedad piurana sobre la diversidad sexual. Lo nombraron “Organización Por la Igualdad: Soy Como Soy” (OPI:SCS).
A cinco años de su fundación, las integrantes de OPI: SCS ya son profesionales tituladas. La miembro fundadora del colectivo, Pashmma Vargas, recalca: “En todas nuestras acciones, siempre buscamos el empoderamiento de las chicas mediante la información y la educación.”
OPI inició su trabajo con plantones e intervenciones de la “Tropa arcoíris”, un comité de gestión de actividades para las Marchas del Orgullo. Las acciones de la organización fueron recibidas con comentarios homofóbicos tanto en redes sociales como en las calles de Piura.
Drag queen Alexa Mars amenazada frente a la catedral de Piura. Foto: Wilson Siancas – Facebook OPI:SCS.
“Sucedió que íbamos pegando afiches con mensajes de visibilidad, y por detrás los iban sacando. Cuando hicimos una sesión fotográfica en el 2017 con la drag queen Alexa Mars, la gente nos insultaba y nos sacaba el rosario”, recuerda Pashmma. Como respuesta a la homofobia, las jóvenes crearon espacios seguros para que sus compañeras no heterosexuales puedan divertirse sin ser discriminadas, como carnavales, chocolatadas y campeonatos de fútbol femenino.
Más allá de las manifestaciones, el colectivo apostó por la educación directa con la formación de un grupo de apoyo para padres, madres y familiares de jóvenes LGTB. Las integrantes educaron a decenas de familias sobre la importancia del trato respetuoso a la diversidad sexual y de género. En el ámbito público administrativo, OPI y otras instituciones aliadas consiguieron generar la ordenanza antidiscriminatoria regional Nº 351- 2016/GRP-CR, que incluye explícitamente a la población no heterosexual.
Taller de padres, madres y familiares de jóvenes LGBTI. Foto: Facebook OPI:SCS.
La llegada de la covid-19 al Perú truncó los proyectos de OPI, que había iniciado el 2020 con una acción sin precedentes en Piura: el 14 de febrero, planificaron y financiaron la boda simbólica de Paola y Keyla, una pareja de la región. “La pandemia interrumpió nuestros talleres con padres, que ya se habían planificado y se debieron cortar. Fue el golpe más grande”, expuso la miembro fundadora Gloria Flores. A pesar de las dificultades, la organización se alió con Promsex y suministró canastas de víveres a mujeres piuranas en estado de vulnerabilidad debido a la crisis sanitaria.
En el futuro, las activistas planean continuar los talleres para padres y familiares que se suspendieron por la pandemia. En este sentido, Gloria Flores afirma que “las familias son solo la primera piedra: planeamos expandir nuestro alcance para ofrecer capacitaciones a personal de salud, de las fuerzas armadas y policiales, entre otros sectores públicos y privados.”
Generación Orgullo – Un podcast para romper el silencio
Con presencia activa en Facebook y Spotify. Foto: Facebook Generación orgullo.
Alex Núñez no esperaba iniciar un podcast en pandemia. El comunicador piurano ya tenía 2 años como locutor de “Lo Que Callamos Los Hombres”, un programa de Radio Cutivalú que analiza el concepto cultural de la masculinidad. Pero de repente, el mundo cambió.
En la era del coronavirus, el podcast se consolidó como un medio de preferencia entre el público peruano gracias a su fácil acceso. Durante el confinamiento, Alex aplicó su experiencia radial para idear “Generación Orgullo”, un podcast que visibiliza y empodera a la juventud LGBT+. “En Piura, estos temas se han trabajado desde el activismo, desde las calles (…) pero ahora que no se puede salir ni convocar personas, encontramos esta nueva forma de difundir los temas sociales LGTB”, explica el locutor.
Con el propósito de crear un proyecto “de y para jóvenes”, Alex convocó a talentos piuranos diversos entre los 20 y 27 años: lx estudiante de economía Chris Grados, la docente feminista Karla Reyes y la abogada activista Pashmma Vargas. En los episodios de su primera temporada, los cuatro podcasters usan el humor y la empatía para tratar temas que “los medios locales no cubren por la censura”, como el descubrimiento de la orientación e identidad, el bullying y el VIH.
Los integrantes de “Generación Orgullo” decidieron asumir el reto de ser visibles en una sociedad intolerante. En concreto, Alex usó el programa como herramienta para “salir del clóset” con su familia y amistades. “Antes del podcast, nadie sabía de mi orientación. Quizás, este fue uno de los motivos personales para empezar este proyecto. (…) Al menos mis amistades lo tomaron bastante bien, y eso también me permitió hablar el tema a profundidad con mi familia.” Asimismo, Pashmma acotó: “Desde que eres una referencia dentro del activismo, tu vida privada deja de serlo. Es importante que la generación actual sepa que hay personas contemporáneas que pasan por los mismos problemas que ellos.”
Por último, los jóvenes se atreven a transmitir historias diversas en una coyuntura política que los deja de lado. Alex manifestó que los candidatos a las elecciones no consideran a las políticas pro LGBT como un tema relevante. “Siempre dicen que hay cosas más importantes que atender. En realidad, los derechos de todas las personas son importantes y todos deben ser atendidos. Sin embargo, seguimos siendo una población marginada, postergada, ‘de segunda clase’.”
A pesar de los grandes avances del activismo regional a través de los años, la marginalización de la comunidad LGTBI en Piura está lejos de ser resuelta. “Desde nuestra posición, debemos dar apoyo para enfrentar a la parte conservadora de la sociedad piurana, empezando desde la educación religiosa en exceso de la mayoría de colegios, que nos relegan a vivir con miedo por lo que somos.”, puntualiza Pashmma.
A su vez, Tonika reconoce que las autoridades y funcionarios conservadores de la región albergan prejuicios y ponen trabas a sus iniciativas, excusándose en su fe cristiana. Sin embargo, no permite que esos obstáculos la detengan en su meta de tener un espacio político y representativo que genere un cambio de cultura en Piura: “Si conoces bien tus derechos y sabes que no afectas a nadie, no hay obstáculos”.